Mi carta para los Reyes Magos
Queridos Reyes Magos:
Este año ha sido un año especial, por decirlo de alguna manera. Ha sido una etapa difícil, diferente… muy duro para muchas personas. Hombres y mujeres que han visto como sus trabajos se esfumaban. Negocios de toda la vida o emprendidos hace poco, cerrados, sin fecha de vuelta. Mamás y papás en casa, sin dinero para alimentarse… ni alimentar. Y lo más duro, familias que no están completas. Que han perdido, directa o indirectamente, a seres queridos por culpa de este dichoso virus que nos ha separado para poder protegernos… y protegeros.
Este año me resulta muy difícil saber que pediros.
Aunque este año también nos ha dejado ver esperanza y amor. Yo tengo mucho que agradecer a este 2020. Me ha dado una hija maravillosa. Me ha convertido en mamá de dos, y me ha seguido empoderando y enseñándome que, merece la pena seguir luchando por mejorar el mundo.
Merece la pena seguir gritando que necesitamos conciliar, que queremos ser padres y madres presentes en la vida de nuestros pequeños… y en los no tan pequeños. Que tenemos mucho amor que darles, porque el amor se queda grabado a fuego en sus cerebros y en sus corazones, y que sólo así podremos mejorar este planeta, tan solitario y hostil, a veces.
He seguido aprendiendo que hay tantas familias como formas de amar. Que nos necesitamos. Que no es sencillo, pero que debemos de unir fuerzas. Que es necesario respetar y escuchar, sin juzgar… y hablar sin sentirnos juzgados.
Por eso no sé qué pediros en esta carta, al menos para mí. No necesito ropa, ni libros, ni aparatos electrónicos. Necesito tiempo para poder seguir creando recuerdos, para dar largas caminatas por el campo o por la playa, junto a mi marido y mis hijas. Para dar mil besos y abrazos. Para reír con nuestros amigos y con el resto de nuestra familia… y llorar, si fuera necesario, junto a ellos.
Porque juntos somos más fuertes. Y aunque la distancia física no debería de ser sinónimo de distanciamiento emocional, ya llevamos muchos meses cargando con este peso, y hay días en los que nos hace arrastrarnos porque creemos que no podemos más… pero sí que podemos… por mi familia, por toda la gente que quiero, por los niños y niñas de mi consulta, por tantas mamás y papás que necesitan una mano amiga, y por mí. Porque muchas veces nos olvidamos de nosotros mismos.
En este 2020 hemos aprendido lo importante que es la sanidad, porque sin salud lo demás pasa a un segundo plano.
Hemos redescubierto que la educación es imprescindible para nuestros niños y niñas, y que tenemos unos profesores y profesoras, maestros y maestras, seños, increíbles. Que se están esforzando al 200% para que nuestros hijos puedan vivir el colegio con ilusión, a pesar de las limitaciones. Que se están implicando por encima de sus tareas, por encima de sus recursos, incluso están invirtiendo tiempo fuera del trabajo… y dinero, porque aman su trabajo. Espero que los que gobiernan también se estén dando cuenta de que la sanidad y la educación son los dos pilares básicos para asegurar el futuro de un país… de nuestro país. Y se necesitan recursos.
No quiero dejar de agradecer a los compañeros sanitarios todo lo que están haciendo para que esto pase lo antes posible y de la forma menos mala. Y gracias a los niños y niñas. Por ser ejemplo para los mayores. Por enseñarnos que sois los más poderosos y que sois capaces de todo por cuidarnos. Porque, aunque vuestras voces no hayan sido escuchadas y vuestras necesidades han sido olvidadas en algunos momentos de esta pandemia, habéis aguantado como superhéroes, con una sonrisa, porque sabéis que esto pasará.
Queridos Reyes Magos, este año os quiero pedir que el 2021 nos traiga nuevos y viejos reencuentros. Que nos devuelva la tan ansiada normalidad, porque por mucho que se pinte lo de ahora de “nueva normalidad”, no nos sirve. Ojalá las vacunas nos vayan trayendo orden al caos presente, sin que olvidemos todo lo que hemos vivido y sentido.
Y aunque sé que me estoy extralimitando, porque vosotros repartís el 5 y el 6 de enero, os quiero pedir algo para estas navidades.
Deseo que podamos ser responsables estos días. Porque esta Navidad será distinta, ni peor ni mejor. Porque de nosotros depende que las siguientes vuelvan a ser como las previas. Porque ahora mismo, debemos proteger a los que más queremos para tener muchos más momentos. Deseo que todas las familias puedan celebrar esta Navidad distinta. Que podamos compartir nuestro amor, aunque no estemos en la misma mesa. Que las tantas personas que se sienten perdidas, angustiadas, desesperadas… consigan encontrar una salida. Que todos los que no han podido despedirse de sus seres queridos por “este bicho”, encuentren la paz en sus corazones.
Deseo que a todos los que han perdido a alguien, a todos los que nos falte en nuestras vidas alguien amado, encontremos su luz en estas fechas. Porque de verdad creo que todos los que nos han dejado, no se han ido de nuestro lado mientras los tengamos en nuestro corazón.
Y al final sí que os estoy pidiendo y me queda pediros una cosa. Salud. Salud para mi familia y para mí. Salud para poder seguir dando el follón, para seguir amando intensamente. Salud para cuidar y cuidarme. Sólo salud.
Muchas gracias por leer mi carta.
Estaré esperando vuestra respuesta la noche de Reyes.
Un abrazo muy fuerte.
Noelia
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