reyes

Si te portas mal, los Reyes no te darán regalos

Queridos Reyes Magos:

Este año me he portado muy bien…

Nuestra carta a los Reyes Magos de El Invernadero Creativo

Así empiezan muchas de las cartas de nuestros pequeños. Incluso las que aparecen, haciendo una búsqueda rápida en Google, están ya prediseñadas con frases de ese estilo en su inicio (incluso para marcar, bien, mal o regular). Y, claro, desde tiempos inmemorables, las tenemos interiorizadas como si de algo natural e inocente se tratara.

Tanto es así que, durante unos días al año, con decirles a los pequeños que «si te portas mal, los Reyes no te van a traer nada» o «te van a traer carbón», conseguimos que se comporten de acuerdo a lo que a nosotros, como adultos, nos interesa. Pero, ¿es eso lo que queremos conseguir? o ¿es así cómo mejor podemos hacerlo?

¿Qué es «portarse bien» para los Reyes?

¿Se supone que los Reyes Magos delegan la responsabilidad de juzgar lo que está bien y lo que está mal en los adultos? Porque «portarse bien» para un adulto, generalmente suele significar «tener comportamientos de adultos o «socialmente aceptados», pero, ¿es que los niños son malos o buenos?

Los niños suelen comportarse «cómo niños», con su manera de entender el mundo, de jugar con todo, de imaginar sin límites…

Aunque es verdad que, a los padres o responsables de su educación, muchas veces nos cuesta comprender esos comportamientos y acompañarlos. Por desconocimiento, por falta de herramientas, por agotamiento físico, mental y emocional… Porque la crianza no es sencilla. Suele ser bastante intensa. Y los niños no han venido con manual de instrucciones. Aprender cada día, regular las emociones de un peque cuando tenemos las nuestras a flor de piel, para un adulto que ya está al límite con su vida cotidiana, es duro.

Una rabieta en la cola del supermercado, en Ikea, en el parque porque quieren seguir jugando… ese tira y afloja, ese entender lo que pasa por sus cabecitas e intentar llegar a acuerdos… Puede hacerse una bola enorme. Y el recurso de los Reyes, aunque sea por un corto periodo de tiempo, puede parecernos magia. Pero no.

Imagen de Pixabay

¿Los reyes me traen más o menos según me porto?

No, no es verdad. Es mentir y es enseñar a mentir.

Los Reyes, probablemente, ya tengan preparados sus regalos y estén deseando ver la cara de ilusión de los pequeños cuando los reciban.

Un comportamiento «mejor o peor» no significa más ni menos regalos. No queremos que nuestros pequeños aprendan a comportarse de cierta manera por el interés de recibir algo a cambio.

No significa que, si un niño en el cole ha recibido una cosa y yo tres, sea porque soy más bueno o mejor que él. No, nunca.

Además, el amor de los Reyes Magos, se vuelve condicionado a un comportamiento y se simplifica con un regalo. Y el amor es incondicional. No entiende de rabietas ni enfados.

Si contamos una historia que llena a nuestros pequeños de ilusión, amor, empatía y magia, no nos la carguemos con amenazas o chantajes.

Estas frases consiguen que los niños tengan miedo:

  • A no recibir regalos
  • A sentirse diferente porque los demás si tendrán
  • A sentirse observado, alguien está juzgando sus emociones y acciones
  • A decepcionar a los Reyes Magos

Todo esto puede hacer que se sientan inseguros y con baja autoestima. Y acabar con la magia.

A mi no me gustaría que mi jefe estuviera amenazándome con despedirme si lloro porque no puedo más en la consulta o si me enfado con alguien, o con no pagarme si me caen los depresores al suelo cuando coja uno. Eso es enfrentarte a tu día a día, que ya de por sí suele ser complicado, con miedo y ansiedad.

Además se puede interpretar, dependiendo de la madurez del pequeño, como una falta de límites. Porque los Reyes van a traer los regalos. No es real que juzguen el comportamiento, así que «podemos portarnos como nos plazca porque vamos a tener regalos».

Las amenazas o chantajes, las usamos muchas veces sin querer (esta es una de ellas). Las tenemos asimiladas como recurso fácil para conseguir lo que queremos. Pero tenemos que tener claro que no educan, pero sí que se transmiten de generación en generación. Son enseñar a través del miedo por una pérdida. Y, como adultos, lo que debemos infundir en nuestros pequeños es confianza y enseñarles a manejar sus emociones de la forma más saludable posible.

Un comportamiento o una acción negativa, no significa «ser malo». Cuando dos hermanos se pelean por un mismo juguete, pueden llegar a las manos, pero no significan que sean malos o que no se quieran. No les pongáis etiquetas. Los niños son maravillosos. Necesitan límites y ejemplo. Nada más.

Vamos a conservar la magia de la Navidad… Por mucho tiempo…

Paciencia, besos y muchos mimos.

Pediatribu

(Todo lo expuesto es extensible a los regalos Papá Noel, aunque parece que los pobres Reyes nos observan más de cerca)

Entradas relacionadas:

¡No te pierdas nada!

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio