Querido papá:
Sé que te están asaltando muchísimas dudas. Que te sientes inseguro y, a veces, piensas que me comporto de forma extraña o que estáis haciendo algo mal.
Sólo quiero decirte que tengo mucha suerte de tenerte a mi lado. No pienses que sólo quiero a mamá porque ella me alimente. ¡Tú puedes hacer conmigo el resto de cosas! Me encanta que me bañes, que me portees cuando estoy muy irritable… Adoro que me cantes canciones de juegos o de películas que te gustan con tono de nana… Me lo paso pipa con tus pedorretas y besitos rasposos… Y si quieres que te cuente un secreto, hay una cosa que sólo puedes hacer tú por y para mi: apoyar a mamá mientras me da el pecho. Ser su sostén. Nuestros escudo frente a otras personas que no entienden lo bien que estamos así.
Ella te necesita. Ella también duda. Se siente agotada de tantas veces que la reclamo. Se pregunta si los demás tendrán razón, si tanto tiempo en su pecho es porque paso hambre, si me estará mal acostumbrando por cogerme entre sus brazos cada vez que lloro…
Pero papá, te aseguro que soy un bebé feliz y afortunado de teneros. Mi llanto no es siempre por hambre, aunque si quiero el pecho con frecuencia es porque los bebés somos así (y no como os quieren contar). Necesito teneros cerquita de mí. Notar vuestro corazón me da paz, porque si no pienso que estoy solo, me asusto porque no sé hacer nada para defenderme en este mundo. Y veros, notaros, oleros, sentiros… me da la seguridad que necesito.
Mamá y tú me estáis brindando un comienzo en la vida maravilloso. Me estáis regalando una lactancia que va a hacer que enferme menos durante toda mi vida.
Y que tenga un vínculo fuerte con mamá ahora me va a hacer una persona fuerte y segura cuando sea mayor… Y si mamá lo consigue será también gracias a ti.
Papá, muchas mamás lo dejan porque no pueden con sus dudas y con las de sus parejas. Por eso, si tienes preguntas, acude a gente que os pueda ayudar de verdad. Lee mucho y busca información veraz que nos ayude. ¡Empodera a mamá todo lo que puedas! Para que esto que tenemos dure lo que ella o yo (o ambos) queramos.
Sois un equipo asombroso. ¡Y estoy muy orgulloso de empezar a formar parte de él!
Con amor
Vuestro bebé
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Mil gracias por las entradas, y por esta carta en particular. Llevamos luchando contra viento y marea desde el principio, intentando que la lactancia sea lo mejor posible y dure lo que se pueda, porque como bien dices no es nada fácil. El bebé quiere el pecho a todas horas, literalmente, por muchos motivos, pero eso repercute igualmente en que la carga para la madre sea increíble, agotadora. Nos estamos guiando por libros, blogs, entradas de foros… La primera noche en el hospital nos ofrecieron un biberón y tuvimos que rechazarlo, además mi mujer se atrasó un poco en la subida de la leche y todas las opiniones eran iguales, que el bebé tendría hambre. Como tuvo piel con piel desde el nacimiento no hubo una subida súbita (de las de pechos como piedras), sino más prolongada, tanto que ya estaba produciendo leche sin darse cuenta.
Ahora que la lactancia está establecida seguimos apostando para intentar que coja peso al ritmo que su pediatra le exige, incluso aunque esté activo y sonriente todo el día y empape más de 6-7 pañales de orina. Parece que si no da la talla en una gráfica ya no sirve dar el pecho. Igual pasa con las deposiciones, nadie quiere entender que el estreñimiento del niño que toma el pecho se basa en la consistencia (heces caprinas), y no en la frecuencia.
Por todo esto, te agradezco que informes y tranquilices a quien pueda leerte, porque no es nada fácil poner toda tu voluntad en algo que parece que nadie más comprende.
Muchísimas gracias por tus palabras!! Me animan a seguir escribiendo y compartiendo con vosotros. Muchísimo ánimo y si necesitáis apoyo y escucha, siempre la encontraréis aquí. Cada bebé es distinto, cada maternidad y paternidad también… Un abrazo enorme.