Hablar de la muerte con los niños es un tema delicado pero importante que requiere de sensibilidad y comprensión por parte de los adultos. Pero muchas veces somos precisamente los mayores los que no sabemos o tenemos dificultades para abordar el tema y, esa incomodidad o evasión, se la transmitimos a nuestros pequeños.
Cómo hablar de la muerte con los niños: algunos consejos
La muerte es una parte natural de la vida, pero hablar de ella puede resultarnos, cuanto menos, incómodo, especialmente cuando se trata de conversaciones con niños. Sin embargo, abordar este tema de manera honesta y compasiva es fundamental para ayudar a los niños a comprender y procesar sus emociones.
Vamos a ver si os pueden ayudar los siguientes consejillos porque, para mí, también es un tema complicado de hablar con mis hijas y he estado leyendo un poco sobre el tema y quería compartir mis conclusiones:
1. Sé honesto y directo: cuando los niños hacen preguntas sobre la muerte, es importante ser honesto y responder de manera clara y directa. No lo evadas ni te vayas por las ramas, intentando cambiar de tema. Utiliza un lenguaje sencillo y adecuado para su edad, evitando metáforas confusas o rodeos que puedan generar confusión.
2. Fomenta un entorno abierto para hablar: crea un ambiente donde los niños y niñas se sientan cómodos expresando sus emociones y haciendo preguntas sobre la muerte. Escucha atentamente sus preocupaciones y respeta sus sentimientos.
3. Los libros, cuentos y dibujos pueden ser herramientas útiles para ayudar a los niños a comprender y procesar la muerte. Busca recursos que aborden el tema de manera sensible y que estén adaptados a la edad y nivel de desarrollo del niño. A veces, comienzan a hacer preguntas muy pronto (mi mayor comenzó con 3 añitos), así que coger aire y tiremos de los recursos de los que dispongamos.
4. Respeta las creencias y valores familiares: reconocer y respetar las creencias y valores religiosos o espirituales de cada familia cuando hables sobre la muerte con los niños. Hablar con ellos de que cada persona lo vive de una manera distinta y las otras posturas no son equivocadas. Asegúrate de ofrecer un espacio para que los niños exploren y expresen sus propias creencias y sentimientos sobre la muerte.
5. Sé paciente y compasivo: si tiene que vivirlo, la experiencia del duelo es única para cada niño, y puede llevar tiempo de procesamiento y aceptación de la pérdida. Ten paciente y mantente cerca por si necesita apoyo a lo largo del proceso, ofreciendo consuelo y asegurándoles que está bien sentirse triste, enojado o confundido. Qué es lo normal en esos momentos y hay que aceptar las emociones conforme vienen, no taparlas ni evitarlas.
6. Normaliza las emociones: En relación a lo anterior, ayuda a los niños a entender que experimentar emociones intensas como tristeza, ira o miedo es parte natural de ciertas circunstancias de la vida. Intenta no imponer tus emociones, minimizar las de ellos ni darles un tiempo limitado para transitarlas. Anímalos, si crees que les puede ayudar, a expresarse a través del dibujo, la escritura o el juego.
7. Mantén la comunicación abierta: La conversación sobre la muerte no es un evento único, sino un proceso continuo que puede requerir múltiples conversaciones a lo largo del tiempo. Van a ir evolucionando. Su pensamiento va a ir madurando y te pueden pedir hablar de ello cuando menos te lo esperes. Así que paciencia y ánimo.
En conclusión, hablar de la muerte con los niños es un desafío enorme, pero también es una oportunidad para ofrecer apoyo, comprensión y consuelo en momentos difíciles. Al abordar este tema con honestidad, sensibilidad y empatía, podemos ayudar a los niños a desarrollar habilidades de afrontamiento y a encontrar formas saludables de procesar la pérdida y el duelo.
Recuerda que, como adultos, nuestro papel es ofrecer un espacio seguro y compasivo donde los niños puedan expresar sus emociones y encontrar consuelo en momentos de dolor y pérdida. Y que pueden vivir un duelo o una pérdida sin necesidad de que haya una muerte, como puede ocurrir en los cambios de ciclo, donde los cambian de compañeros. Algunos de estos consejos nos van a servir en otras circunstancias de la vida.
Espero que os ayude y os reconforte el no sentiros sin recursos para abordar temas complicados. No estáis solos.
Y como siempre,
Paciencia, besos y muchos mimos.
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