mi oscuridad mi vida en consulta

La vida en consulta: mi oscuridad parte 1

Voy a contaros algo personal. Empezaré por la situación que estamos teniendo muchos Pediatras en la consulta. Pero no os voy a hablar de los demás, sino de mí.

Lo que voy a exponer es muy íntimo y, sé que sobrará decirlo, pero necesito que se traten con respeto las palabras que van a continuar en el texto.

Mi vida en consulta

Tengo una profesión que me apasiona, pero el trabajo últimamente se ha vuelto estresante, tenso, agotador.

Tras la pandemia Covid-19, las condiciones laborales en la consulta de los Pediatras de Atención Primaria, que previamente ya eran bastante deficitarias y exigentes, han empeorado de forma preocupante: agendas interminables sin posibilidad de programar otras actividades, doblajes (pasar dos consultas a la vez)obligados, si quieres que tu compañero/a pueda tomarse un día (o esté enfermo), agresiones, reproches, falta de soluciones desde arriba… angustia, soledad y desesperación.

Las últimas semanas en consulta, sentía taquicardia cada vez que, desde el mostrador, forzaban una cita (y 20-30) en la agenda ya completa. Me faltaba el aire cuando se iba acumulando retraso. Conforme se iba llenando la sala de espera y se iba elevando el volumen de las conversaciones, me sentía con la necesidad de coger aire profundamente para no echarme a llorar. Las manos me temblaban y mi corazón se desbocaba cuando algún familiar cuestionaba mi labor o mi esfuerzo. Porque no todas las consultas se resuelven en dos minutos, no todo requiere antibiótico, hacer consulta telefónicas, telemáticas, escuchar formaciones o estudiar, sí que es «hacer algo importante».

Impotencia y tristeza. Cada día notaba que iba a más.

Esa liberación continua de cortisol (hormona del estrés) por mi torrente circulatorio, estaba acabando conmigo. Unido a que los Médicos, en general, y los Pediatras, en particular, también somos personitas, con nuestros conflictos y batallas particulares, me acabaron llevando a un lugar oscuro.

No podía evitar llorar a diario. Sentía que no tenía fuerzas para celebrar el cumpleaños de mi hija ni ayudarla con sus tareas… Sencillamente no podía.

Quería que la soledad fuera mi única compañera, para poder sumergirme en esa dulce melancolía que te vacía por dentro. Sin sueños. Sin esperanzas. Sin energía para continuar ni para seguir luchando…

Voy poco a poco, buscando algo de luz entre las tinieblas que me asaltan. Intento escuchar melodías entre el ruido ensordecedor de mi mente. Saco, despacito, versos de mi alma, para que no se aíslen más.

Situación

Somos pocos y estamos cansados. No podemos seguir así. Yo comparto mi situación personal, pero hay muchos compañeros en puntos no muy distantes.

Ver 200-300 niños en 5 días, por una sola persona, no es normal. Eso son unos 40-60 al día, cuando lo ideal para llevar bien una consulta serían menos de 25, como así se acordó y firmó en el BORM (Boletín Oficial de la Región de Murcia), y así como recomiendan sociedades científicas como la AEP (Asociación Española de Pediatría), AEPap (Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria) y el sentido común.

límite consulta pediatría
BORM publicado este año

Me parece una barbaridad que se haya normalizado tal ritmo de consulta y exigencia. Que a la gente sólo le importe «que los veas» (y conste en acta que sé que probablemente los que leáis esto no pertenezcáis a ese grupo de usuarios), y que a la Administración Pública sólo le afecte «que la gente no reclame ni diga nada». «Da igual» que estemos quemando a los trabajadores, que estén perdiendo la ilusión por la profesión o que se esté afectando su ámbito personal por la mala gestión laboral. Y si les importa, ¿por qué no hay soluciones? ¿Por qué se rechaza todo lo que se propone? ¿Por miedo al usuario?

Los médicos no merecemos esto, pero es que nuestros niños de consulta tampoco.

  • Se merecen un Pediatra que pueda estar sereno, y tener tiempo para repasar su historia pasada, sus síntomas presentes y establecer un plan de acción, explicándoles a ellos (adecuándolo a su nivel de comprensión) y a sus familiares lo que deben/pueden hacer y observar.
  • Se merecen tiempo para ser escuchados y explorados con respeto, no deprisa y corriendo, teniendo en cuenta sus emociones y sentimientos.
  • Se merecen no tener miedo a su médico. Se debería ver como un aliado, alguien que va a ayudar, no como un enemigo.
  • Muchas familias de consulta, se merecen tener más recursos para poder afrontar los problemas leves en casa, y no «salir corriendo» con el primer síntoma a preguntar al médico, pensando que éste es el responsable primero de la salud de sus hijos. La realidad es que los responsables primeros de la salud de los peques son sus padres, madres o tutores.
  • Se necesita tiempo para educar a la población, para que esos niños aprendan a cuidar de su salud, porque sus padres son capaces.
  • Esos niños y niñas se merecen ser adultos que puedan sentirse seguros y capaces de entender su salud y su enfermedad.
  • Necesitan un médico formado, que pueda estudiar su caso concreto con detenimiento.

Tiempo, tiempo, tiempo. Tiempo del que carecemos, sin poder abarcar a los niños crónicos ni la promoción de la salud ni la prevención de la enfermedad, tan importantes en la infancia, para tener adultos sanos a todos los niveles.

No entiendo nada. Me siento abatida, desesperanzada, descorazonada… Sola, incomprendida, olvidada… Los que me conocéis sabéis el amor que hay en mi consulta, y estoy muy triste y confusa, porque siento que he perdido la ilusión.

Hace unas semanas sólo quería perderme y desaparecer. Hoy puedo escribir esta entrada. Así que, supongo, que vamos avanzando. Me estado muy enfadada conmigo misma por haberme permitido caer así. Por no entender el «por qué».

Si os apetece, en otras entradas, puedo compartir cositas que he ido escribiendo en momentos oscuros y en otros con algo de luz. Poemas de mi corazón abatido y de mi vacío que, si pueden ayudaros a expresar cómo os habéis sentido alguna vez o lo que estáis viviendo, será un honor acompañaros con mis palabras.

Espero que los que manden recuerden la importancia de la Atención Primaria. Si se pierden los Pediatras de Atención Primaria, que es la tendencia actual, los niños y adolescentes, de ahora y del futuro, van a perder más que la posibilidad de ser valorados por alguien que los conoce, en un lugar conocido y cerca de su hogar.

Aunque también es verdad que lo que yo entiendo por Atención Primaria no es lo que he vivido desde que comencé a trabajar…

Pero no me hagáis demasiado caso.

Pediatribu

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2 comentarios en “La vida en consulta: mi oscuridad parte 1”

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