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Tetanalgesia: si puede doler, da la teta (o el biberón)

La tetanalgesia es una técnica que no es nueva (aunque el término para definirla si lo sea) ni difícil de realizar, pero parece que nos cuesta visualizarla y aún no se está realizando de forma rutinaria. ¿Sabéis que existen medidas no farmacológicas para aliviar el dolor? Pues la tetanalgesia resulta que es una de ellas.

¿Qué son las medidas no farmacológicas para aliviar el dolor?

La analgesia no farmacológica, son medidas complementarias que se pueden tomar para intentar reducir el dolor o las molestias de ciertos procedimientos, sin necesidad de administrar ningún fármaco.

Se lleva empleando muchos años en algunas circunstancias y lugares, aunque no están muy extendidas debido a una falta de consenso entre los profesionales y a la limitación de estudios al respecto.

Hasta hace unos años, no se consideraba que los niños sufrieran dolor, o no parecía que esto fuera importante a medio o largo plazo. No se consideraba que los bebés y los niños pequeños pudieran experimentar ni recordar el dolor, así que no era un motivo de preocupación.

Con el paso del tiempo y tras muchos estudios, se sabe que no sólo son capaces de tener dolor. Incluso los recién nacidos prematuros sufren y, a menudo, la respuesta fisiológica y hormonal de los niños pequeños puede resultar exagerada, comparada con la de los niños mayores y adultos.

Los pediatras y los profesionales que nos dedicamos a la infancia tenemos muy claro que, desde muy pequeños, notan dolor y lo recuerdan. Tenemos que lidiar con niños que tienen miedo a ser valorados porque, aunque no sepan expresarlo de otra forma distinta del llanto o no tengan un recuerdo nítido, de alguna forma, su subconsciente los pone en alerta cuando entran en la consulta.

Así que, si podemos minimizar esa angustia en los más pequeños, ¿por qué no intentarlo?

llanto tetanalgesia

¿Con qué medidas contamos?

  • Sacarosa: consiste en dar sacarosa dos minutos antes del procedimiento doloroso. No se sabe cuál es la dosis mínima efectiva para cada edad. Se necesitan más estudios, pero parece que es efectivo y seguro para reducir el dolor.
  • Alimentar con lactancia artificial: similar a la anterior pero ofreciendo su leche de fórmula.
  • Succión no nutritiva: Succionar de una tetina. Según parece, disminuye la respuesta ante el dolor, pero sobre todo si esta succión se une a la administración de sacarosa (o de leche).
  • Contención: colocarlos en posición semiflexionada para el procedimiento, con las piernas cerca del tronco. Parece que, con esta posición, los niños recuperan antes la frecuencia cardíaca basal.
  • Madre canguro: muy importante tenerlo en cuenta, sobre todo en prematuros y en recién nacidos. El piel con piel, mientras se les está realizando alguna prueba dolorosa, mantiene más estable la frecuencia cardíaca y disminuye el tiempo de llanto.
prematuro
Imagen de Pixabay
  • Otras medidas: masaje, distracción, música, estimulación sensorial… No está muy claro su efecto en la reducción de la sensación de dolor, pero mal tampoco hacen, si se pueden poner en práctica…
  • Y por supuesto: LA TETANALGESIA.

¿Qué es la tetanalgesia?

La tetanalgesia consiste en amamantar a un recién nacido, lactante o niño que toma el pecho, durante un procedimiento potencialmente doloroso, para consolar y aliviar el dolor.

Los estudios que se han realizado al respecto, han concluido que existe una alta evidencia científica para recomendar su realización de forma rutinaria, aunque no tenemos bibliografía a contrastar en niños prematuros.

La analgesia que produce la lactancia materna se debe a muchos factores. El regazo de mamá, con su olor, su calor, su mirada… Si a eso le añadimos la succión del pecho y su dulce alimento, es fácil pensar que el bebé o niño pequeño se debe de encontrar más cómodo, distraído del dolor, y que la segregación de hormonas de estrés va a ser mucho menor y menos tiempo. ¿No os parece?

tetanalgesia
El pecho relaja ¿no os parece según la imagen? Imagen de Pixabay

Esto no quita que se pueda hacer también con los niños alimentados con lactancia artificial. La realización de técnicas estresantes sobre mamá, siempre será menos angustiosa para ambos. ¡Podríamos inventar también el de bibeanalgesia! Para que los niños alimentados con lactancia artificial también puedan beneficiarse de todas sus ventajas. Todo sea por disminuir la ansiedad de los pequeños.

¿Qué beneficios tiene?

Para el bebé…

Aporta confort. Reduce la intensidad y la duración del llanto. Disminuye antes la frecuencia cardíaca hasta los niveles basales. Alivio más rápido del dolor y encuentran el consuelo de forma inmediata.

Para la madre…

Participación activa en el proceso. Las mamás nos sentimos más necesarias y útiles. Estamos más tranquilas y centradas en aportar a nuestros pequeños tranquilidad. Además, se aumenta la confianza en nosotras, en nuestra capacidad de amamantar y de lidiar con problemas de la crianza. ¡Nos empodera! Y estoy convencida de que nuestra frecuencia cardiaca y nuestras hormonas del estrés se disparan menos de esta manera.

Para los profesionales sanitarios…

Nos ofrece una oportunidad maravillosa para observar una toma (así, sin avisar), para corregir si hubiera algún problema y para reforzar la importancia de la lactancia materna.

¿Se puede usar siempre?

Obviamente no. Hay procedimientos en los que los padres no vamos a poder intervenir. Pero en los básicos, en los que habitualmente se realizan en los peques, sí que se puede emplear. Por ejemplo, en la realización de la prueba del talón, en la administración de vacunas o en las extracciones de sangre.

¿Cómo se realiza la técnica?

Consiste en que el bebé se enganche al pecho de la mamá, en su regazo, y cuando esté succionando bien unos minutos, lo sujetamos para que no se mueva y se realiza la técnica que sea necesaria. Así de sencillo. Con todas las ventajas que hemos comentado anteriormente y ningún inconveniente.

Os dejo el enlace a unos vídeos sobre tetanalgesia:

¿Por qué no se realiza de forma rutinaria?

Aún existe mucho desconocimiento del tema y desconfianza a la hora de realizarlo, por parte de muchos profesionales.

Encontramos varias barreras que debemos ir derribando poco a poco:

  • Que haya consenso entre todos los sanitarios
  • Que se disponga del tiempo necesario para poder ir con calma y atender a los pequeños como se merecen
  • Para realizar algo nuevo primero hay que conocerlo. Por eso, comentarlo con vuestro enfermero o con vuestro pediatra. La formación en lactancia y en otros muchos temas corre a nuestra cuenta en la mayoría de los casos, y puede que, algunos profesionales, no sepan de su existencia ni de su evidencia
  • Para sentirse seguro y ganar confianza hay que ponerlo en práctica. Cada vez se realiza en más lugares y los resultados pueden asombrar a quienes antes desconfiaban

Algo que no se conoce no se puede instaurar.

Así que os animo a sugerirlo si no os lo proponen.

Mi experiencia

Yo he practicado la tetanalgesia todas las veces que ha sido posible, si las circunstancias lo permitían. Y de verdad que creo que mis hijas se calmaban antes y yo me sentía mucho más reconfortada en esos momentos, ya que podía participar activamente y me centraba en su calma y alivio, y no en el llanto o en el dolor de la intervención.

Así que ya sabéis,

Paciencia, besos y muchos mimos

Pediatribu

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