Las frutas son alimentos ricos y saludables, tanto para los niños como para los que no somos tan niños. Contienen mucha agua, vitaminas y minerales, fibra… Y aunque conocemos la recomendación de 5 frutas y verduras al día, muchas veces nos cuesta incluso introducir una al día en la alimentación de nuestros peques. ¿Qué podemos hacer para aumentar su consumo?
Vamos a ver unos cuantos consejos sencillos que, aunque los estamos comentando en el caso de la fruta, la mayoría son extensibles para el resto de alimentos que queramos introducir en la dieta de los niños:
1. Tener fruta fresca a mano (y a la vista)
Parece obvio, pero no podemos comer algo que no tenemos en casa o no compramos. Ni nos puede apetecer algo que no conocemos. Por eso es tan importante que los niños vean que la fruta está presente y es importante para nosotros. Además , un frutero variado, con muchos colores, formas y texturas de frutas diferentes, les va a encantar.
2. Composiciones llamativas
Los niños comen por los ojos (casi más que por la boca). Los platos coloridos y divertidos, como poco, van a despertar su curiosidad y les van a sacar una sonrisa. ¿Qué os parecen las siguientes ideas?
3. Ofrecerla de diferentes maneras o combinando con otros alimentos
¿Se cansan de comer la fruta entera o en trocitos? Podemos darle un giro a la presentación, por ejemplo, preparando helados de fruta, batidos, brochetas, o incluso combinarlas con otros alimentos, como yogurt, frutos secos (los frutos secos enteros en niños mayores de 5-6 años por el riesgo de atragantamiento)… ¿Qué os parece poner fruta en la ensalada? ¿Y en las tostadas? Cualquier idea que se os ocurra (o se les ocurra a los niños) puede ser interesante. Así que ¡Mente abierta!
¿Habéis probado la manzana o la naranja con canela? ¿La uva con queso? ¿Y la pera con gorgonzola?
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4. Participar en su elaboración
Que los niños participen en la preparación de la comida tiene muchísimos beneficios. Cocinar es un juego fantástico que comparten con la familia y los amigos. Elaborando sus platos o recetas, pueden interiorizar lo que es una alimentación saludable, aprenden hábitos de higiene y normas de seguridad, descubren sabores y aromas, amplían su vocabulario, e incluso asimilan conceptos matemáticos con las cantidades y los pesos. Y lo mejor de todo es que todo esto ocurre mientras se disfruta y sin darnos cuenta.
5. Ser ejemplo
De nada sirve que les digamos que coman fruta si nosotros no la tomamos. Somos su ejemplo, y ser conscientes de que ellos van a repetir lo que hagamos, aunque sea a la larga, puede llevarnos a hacer las cosas un poco mejor, tanto en la alimentación como en otras muchas cosas.
6. Da igual la hora
La fruta es buena SIEMPRE. En el desayuno, almuerzo, comida, merienda o cena. No hay frutas que haya que evitar o restringir a ciertas horas. En nuestra casa la fruta es «de picoteo libre». La pueden tomar, incluso antes de comer. Esto nos ha costado algunas regañinas de abuelas que dicen que «así no van a comer después». La fruta es comida y, además, comida sana y rica, así que la coman cuando ellos quieran. No solo es postre, también puede ser aperitivo.
7. No obligar
En un ambiente hostil todo sabe peor y se aprende de mala manera. Si hoy no, puede ser que dentro de un rato si que quiera, o mañana o pasado. Siguiendo los pasos anteriores, poco a poco, irá picando.
Y lo más importante, toneladas de paciencia.
Y por supuesto besos y muchos mimos.
¿Qué os parecen las tartas que preparamos para el primer cumpleaños de nuestra pequeña?
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