¿Qué es vuestra luz?
Puede ser que llore por hambre, es posible que tenga gases. A veces tendré calor o frío. Pero muchas veces no me pasará nada de eso. Estaré bien. Todas mis necesidades estarán cubiertas. Solo querré teneros cerca de mí, oleros, sentiros a mi lado para poder sentirme seguro, como cuando estaba dentro de mamá.
Sé que puede ser cansado. Que a veces os desesperáis porque no sabéis como ayudarme. Sé que habéis llorado a la par conmigo, sobrepasados por la intensidad del momento. También habéis llorado cuando no os veía. Por no saber si lo estáis haciendo bien. Por tener que aguantar a tanta gente diciendo lo que debéis y no debéis hacer, generando dudas en vuestro interior y disputas entre vosotros.
Por no saber si vuestro instinto os lleva por el buen camino o si es verdad que «me estáis malcriando». Por tanto agotamiento las primeras semanas, meses, o incluso los primeros años, que pueden llegar a ser tan duros. Por no poder dormir más de 2 horas seguidas e iros a trabajar con ojeras, agotados, inseguros… sintiendo muchas veces que os encontráis solos en el camino de la maternidad/paternidad.
Pero, ¿sabéis una cosa? Sois unos padres maravillosos. Para mí, los mejores del mundo.
Cada vez que me tomáis cuando lloro, me hacéis sentir más fuerte. ¿De verdad se cree la gente que me vais a acostumbrar a vuestros brazos? Ya estoy acostumbrado a ellos desde el mismo momento en que nací. Es lo que necesito. Vuestro calor, vuestras palabras, vuestras caricias… No es malcriar hacer lo correcto. Malcriar es «criar mal» y tratarme con cariño y amor nunca podrá llamarse así.
No hagáis caso cuando os dicen que estoy usando a mamá de chupete. Es verdad que no siempre mamo por hambre. A veces tengo sed o sueño. O simplemente quiero estar cerca de ella, relajado, entre sus brazos, sintiendo el calor, la protección y el bienestar que me proporcionan sus pechos. No eres mala por dar el pecho cada vez que lloro, ni por dármelo todo el tiempo que quiera (o que quieras). Al igual que tampoco sois peores si nos tenéis que dar biberón o lo decidís porque creéis que es lo mejor. Pero si quereis dar el pecho, preguntad por gente dispuesta a ayudaros.
En el mundo en que vivimos puede no ser fácil, aunque por suerte cada vez hay más gente dispuesta a acompañaros, porque la tetita de mamá siempre será lo mejor del mundo.
No es verdad que vayamos a ser unos tiranos por atendernos cada vez que os lo pidamos. La gente que os dice eso no llega a entender el intenso malestar que sentimos cuando os llamamos. Si, si. Nuestro llanto es nuestra llamada. No sabemos hacerlo de otra forma. No es por tomaros el pelo. Es nuestra forma de expresar nuestra necesidad.
Cuando lloramos nada más nos dejáis en la cuna, no es porque seamos calculadores y os queramos sólo para nosotros. Es porque no sabemos dónde estáis y eso nos angustia. La naturaleza ha asegurado nuestra supervivencia si os tenemos a nuestro lado. Y no sentiros ni oleros es pensar que os habéis ido, quién sabe si para siempre. Por eso se dice que «si no escuchamos vuestro latido es porque estamos demasiado lejos».
Nos hagáis caso a quien os dice que «no nos vais a poder sacar de la cama ni con espátula». Durmiendo con vosotros estamos más tranquilos y al lado de mami la comida está siempre disponible. Cuando queráis me iré a mí habitación igual o si me dejáis ser yo quien lo decida también me acabaré yendo. Pero mientras estoy disfrutando y aprendiendo de la compañía de las personas que más me quieren y protegen en este mundo.
Papá, mamá (papás, mamás), muchas gracias por todo lo que hacéis. Cada caricia, abrazo o beso, cada porteo, cada noche a vuestro lado, me hacen más seguro y fuerte. Cada batalla de cosquillas o achuchón, me hacen sentir especial. Y en el futuro seré un adulto increíble gracias a vosotros, a vuestro esfuerzo de hoy. Y si alguien no lo ve, es que está ciego.
Por eso, cada una de mis sonrisas es para vosotros. Mis primeras palabras serán en vuestro honor. En mis primeros pasos correré hacia vuestros brazos. Y los primeros besos que voy a dar sin que me sean pedidos (o arrebatados) serán solo vuestros. Porque os lo merecéis, y vosotros lo sabéis. Aunque todo a vuestro alrededor se desmorone, me protegeis a capa y espada. Sois valientes y fuertes. Y todas las lágrimas, miedos e inseguridades las superáis día a día para mostrarnos vuestra mejor versión.
Intentad rodearos de gente que sume. La gente que os divide y os resta no merece un lugar especial en vuestras vidas.
Gracias por enseñarnos lo que es el amor. Gracias a vosotros seremos adultos con capacidad de ofrecer cariño, empatía y respeto a quienes nos rodeen.
Aunque ahora todo se vea negro, vuestra luz siempre iluminará nuestro camino.
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