En las últimas semanas se está hablando mucho sobre la alerta sanitaria generada por los casos de hepatitis de origen desconocido que han surgido desde principios de año, sobre todo en Reino Unido.
Lo primero que quiero transmitiros es que hay que mantener la calma. Sé que últimamente está siendo difícil. Estamos pasando por una época convulsa, y cada nueva noticia nos genera angustia e incertidumbre. Más aún si se trata de la salud de nuestros hijos e hijas.
Lo sé. Lo siento igual. Pero también sé que no podemos dejar que el miedo nos paralice, aunque a veces se haga difícil.
Nuestros hijos necesitan normalidad. Correr, jugar, saltar, reír y disfrutar como niños y niñas que son, acompañados por el amor y el respeto de los que le rodean y, sobre todo, de sus padres y madres.
Por eso, calma.
Y a propósito del tema, vamos a hablar un poquito sobre las últimas noticias de estos casos, sobre la clínica y qué debemos hacer. Para empezar…
¿Qué es una hepatitis?
El término «hepatitis» se refiere a una inflamación del hígado. Esta inflamación, puede ser infecciosa (causada por microorganismos, principalmente los virus), tóxica (provocada por sustancias tóxicas como el alcohol o fármacos), autoinmune o por enfermedades metabólicas.
¿Qué pasa con estas hepatitis de origen desconocido?
Desde enero del 2022, se han detectado en Reino Unido varios casos de hepatitis en menores de 16 años, sin poder determinar con exactitud cuál ha sido su causa. Sobre todo se han visto los casos en niños menores de 10 años (con mayor frecuencia entre los 11 meses y los 5 años) y, algunos de ellos, han evolucionado hacia hepatitis graves, requiriendo trasplante hepático en algún caso (uno en España).
Últimamente se han detectado 3 casos en España, sin relación entre sí, y se están estudiando varios casos en Dinamarca, Países Bajos y Estados Unidos. Pero aún no se sabe mucho más al respecto.
Lo que más urge es descubrir la causa de los mismos, pasa saber cómo actuar cuanto antes.
Hay varias hipótesis abiertas, como la de la infección por SARS-CoV-2, que se ha detectado en varios casos (no en todos) o la de la infección por algún adenovirus que también se ha detectado en varios casos. Aún no se puede confirmar ni descartar nada.
Los adenovirus son un grupo de virus con los que convivimos con mucha frecuencia, causando enfermedades leves generalmente, como catarros o gastroenteritis. En casos muy muy raros pueden producir hepatitis. Así que, tenemos que esperar y tratar la información que estamos recibiendo con mucha cautela.
La mejor forma de prevenir el contagio por adenovirus o por SARS-CoV-2, es el adecuado lavado de manos. Estos virus se transmiten de persona a persona por contacto con secreciones o por las gotitas respiratorias. Así que tenerlo en cuenta.
Las vacunas, tanto la que previene contra la infección contra covid-19 como cualquier otra, no parecen implicadas en estos casos. Así que podemos continuar con las vacunaciones de los peques con tranquilidad.
¿Qué síntomas se están observando?
Nos han pedido a los pediatras que estemos atentos a algunos síntomas que podamos ver en consulta. Son:
- Orina oscura
- Heces pálidas
- Color amarillento de la piel (ictericia), sobre todo de las conjuntivas (lo blanco del ojo)
- Picor de la piel
- Dolor de articulaciones (artralgias) o musculares (mialgias)
- Fiebre alta sin foco aparente
- Náuseas, vómitos o dolor abdominal
- Decaimiento y pérdida de apetito
Si observáramos algo sospechoso, solicitaríamos analítica para ver si hay una elevación de las enzimas hepáticas (transaminasas elevadas), que requiriesen más estudios.
Así que por ahora, tranquilidad. Nos falta mucha información. Se ha dado la alerta porque, aunque son pocos los casos vistos hasta ahora, no sabemos con claridad por qué están pasando, y por eso la comunidad científica debe de estar atenta para colaborar entre todos.
Y ya sabéis,
Paciencia, besos y muchos mimos.
Súper interesante!
Gracias!! 😉