En el marco del II curso para la Formación de Líderes de Salud Medioambiental de Europa y América Latina, de la @UniversidadDeMurcia , @JuanAOrtegaGarcia nos animó a presentar un pequeño vídeo como proyecto final. Os dejo por aquí el texto y el enlace al vídeo. Espero que os guste. Está hecho con muchísimo cariño y cuidado. Las imágenes son todas propias y de la Región de Murcia. El texto está escrito con muchas ganas de llegar a los corazones de quien pueda escucharlo. Porque solos no podemos, pero juntos, podemos dejarles un mundo mejor.
Salud Medioambiental Pediátrica ¿Qué huella quieres dejar?
Somos vida, y estamos rodeados de ella. Si queremos salud, necesitamos un entorno saludable. No estamos aislados. Lo que nos rodea no nos pertenece, lo necesitamos.
El agua que calma nuestra sed, que limpia nuestro rostro, que forma parte de nosotros… Aguas repletas de insecticidas, pesticidas, fertilizantes, plásticos, nitratos…
El aire que oxigena nuestras células, que acaricia nuestro rostro… Aire con demasiado monóxido y dióxido de carbono, ozono, azufre, plomo, micro y nano partículas que penetran en el árbol respiratorio de todos los seres vivos…
Los alimentos que ingerimos, que nos dan energía, que compartimos con quienes más queremos…
La tierra que nos ofrece sus frutos, está enferma por los metales pesados, hidrocarburos, plaguicidas, plásticos…
Los ruidos, las prisas, el sedentarismo, la sobre estimulación, la cultura de la basura…
Lo lejos que nos sentimos de nuestra Tierra, a pesar de vivir en ella.
Nuestro pequeño planeta Tierra. Ese pequeño punto azul en el espacio infinito, está pidiendo ayuda a gritos. Lleva demasiado tiempo resistiendo y no puede más.
Necesitamos formar alianzas, colaborar de muchas formas, aportando diferentes miradas unidas por un mismo fin. Entre ellas, la visión de las Unidades de Salud Medioambiental pediátrica (Pediatric Environmental Health Speciality Unit o PEHSU). Donde los pediatras podemos trabajar junto con médicos de familia y otras especialidades médicas, de la mano con enfermeros, ambientólogos, técnicos en salud medioambiental y otras profesiones emergentes o que emergerán porque las necesitamos.
Todos trabajando juntos por y con las familias, investigando y estudiando los riesgos ambientales que pueden afectar a nuestros pequeños. Promocionando la salud y trabajando en la prevención de enfermedades. Asistiendo y manejando los riesgos y las enfermedades relacionadas con el ambiente y los tóxicos que nos rodean.
El embarazo, la lactancia, la infancia o la adolescencia, son etapas poderosas y sensibles, de gran vulnerabilidad al entorno pero que nos ofrecen potentes oportunidades de actuación, aprendizaje y cambio.
El embarazo, lo que una madre respire, beba o coma, van a pasar a una vida en formación, pudiendo afectar a muchos niveles. Los niños, respiran más rápido, comen y beben más por kg de peso. Su metabolismo está aumentado porque están en continua formación y crecimiento. Su sistema inmunitario, aún inmaduro, no puede reparar igual los fallos. Sus riñones o su hígado, no eliminan bien los tóxicos. Lo tocan todo, reptan, chupan… investigan un mundo que se ha desadaptado a sus necesidades. Sin contar en que van a estar expuestos más tiempo a los contaminantes, porque deberían de estar más tiempo en este mundo.
Invertir en su bienestar, en estas etapas críticas, sería de las medidas más rentables en una sociedad que piensa en el futuro, a medio y largo plazo. Todo lo que se destinase a ellos, nos sería devuelto con intereses tanto a nivel económico como de salud para todo el planeta.
La infancia tiene una voz firme, valiosa y clara, pero no suele interesar escucharlos. No conviene mostrar lo expuestos que pueden estar a sustancias nocivas, incluso en las escuelas. No es bonito de decir ni fácil de oir.
Se nos olvida dedicar fondos a su educación, formarlos en salud, en el uso responsable de los limitados recursos, hacerlos partícipes del cambio que pueden liderar, acompañarlos para que no pierdan ese vínculo tan valioso con la naturaleza…con nuestra Madre Tierra.
Intentemos echar raíces profundas que nos permitan reconectar con el pasado, para actuar en el presente, pensando en construir un futuro más unido, comunicado, seguro y sano.
Podemos presenciar una metamorfosis global por medio de pequeños gestos. Acciones que pueden parecer insignificantes, pero, llevadas a cabo por muchas personas en distintos lugares, pueden desembocar en una trascendental transformación.
Seremos fugaces, pero podemos dejar huellas que perduren, sobre todo en el corazón de nuestros niños y niñas.
Ellos son esperanza y amor. Les hemos dejado mucha responsabilidad: la de salvar un mundo que los adultos no hemos sabido cuidar durante mucho tiempo. Porque sólo hay una salud, y ellos no podrán vivir sanos si nuestro hogar sigue enfermando.
Estamos llegando a un punto crítico y no debemos mirar para otro lado. Necesitamos cambios valientes. Hacen falta decisiones tomadas con respeto y amor hacia lo que nos rodea. Queremos dejar un futuro mejor que nuestro presente y es urgente que comencemos a hablar de Salud Planetaria.
Y esos cambios comienzan en cada uno de nosotros. Solos somos pequeños, pero juntos podemos hacer grandes cosas.
Pediatribu
Enlaces externos:
- Pehsu Murcia
- Pediatría Medioambiental. Artículo de interés.
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