Las recomendaciones sobre alimentación infantil han cambiado mucho en los últimos años y hay que adaptarse por el bien de nuestros pequeños. Vamos a hablar un poco sobre las sugerencias de alimentación en el primer año de vida.
Como ya sabemos, la lactancia materna es lo ideal para la alimentación del recién nacido y el lactante. Debe ser exclusiva durante los 6 primeros meses y a demanda siempre. No existe ninguna leche de fórmula que se asemeje. La lactancia materna es cambiante, se adapta a las necesidades de cada momento (cambia a lo largo del día, con la edad del niño e incluso en la misma toma no es la misma al principio que al final), aporta el alimento que se necesita, defensas para su sistema inmunitario, y fortalece el vínculo entre madre y bebé.
Cuando no se puede o se decide dar lactancia artificial (o mixta), dar fórmulas de inicio (número 1). También a demanda.
Los 6 primeros meses nada de agua, zumos, infusiones o bebidas vegetales. Con la leche obtienen el líquido que necesitan. Además tened en cuenta que las infusiones y la miel es mejor retrasarlas hasta el año mínimo.
Alimentación complementaria
Consiste en ofertar alimentos distintos a la leche. La leche empieza a no ser suficiente y hay que comenzar a descubrir otros sabores, olores y texturas. El momento de la comida debe ser disfrutado por toda la familia. Sin estrés, sin forzar, sin agobios, sin gritos. Debe servirnos para instaurar las bases de una alimentación saludable.
Se suele comenzar alrededor de los 6 meses de edad. Aunque la leche, hasta los 12 meses, seguirá siendo el alimento principal de nuestro hijo, y continuará siendo parte importante en el segundo año. Así que paciencia y disfrutad de esta etapa. Pasito a pasito.
¿Mi hijo está preparado para comer?
Para saber si un niño está preparado para empezar con la alimentación complementaria, podemos observar habilidades (señales) que habitualmente se adquieren alrededor de los 6 meses:
- Se mantiene sentado con apoyo, sin caerse hacia los lados, mantiene la cabeza erguida.
- Pérdida del reflejo de extrusión (no saca la lengua cuando se introducen alimentos en la boca).
- Interés por los alimentos, se queda mirando los de los papás e intenta cogerlos y llevárselos a la boca.
- Rechaza, dice que no a su manera, cuando no quiere más.
Aunque no estemos seguros de que esté preparado no se debe retrasar el inicio de la alimentación complementaria más allá de los 7 meses (consultar con vuestro pediatra si tenéis dudas al respecto).
¿Trozos o triturados?
Existen varias opciones para comenzar: con alimentos sólidos (Baby Led Weaning: alimentación complementaria dirigida por el bebé), con alimentos triturados o combinación de ambas.
El Baby Led Weaning (BLW) es más fisiológico y últimamente se está abogando por su recomendación y promoción.
Pero, ¿en qué consiste el BLW?
Es una forma de alimentación donde se descubren las diferentes texturas, olores y sabores de los alimentos por separado. Se respeta de forma más fisiológica las señales de hambre y saciedad. Con los triturados se introduce más cantidad de alimento y es más fácil forzar al bebé sin darnos cuenta. Aquí el niño decide, dentro de lo que le ofrecemos, qué y cuanto quiere comer.
De todas formas hay que escoger la forma con la que se esté más cómodo o se adapte más a cada familia. Por ejemplo, unos papas/mamás que quieren hacer BLW pero trabajan y los abuelos/cuidadores o en la guarde no se sienten seguros y prefieren dar triturados. Se puede optar por una combinación de ambas (es lo que hicimos con nuestra hija mayor).
Aunque se decida alimentación con triturados de forma exclusiva, no se recomienda retrasar en exceso la oferta de trocitos (más allá de los 8-10 meses). Los niños tienen que aprender a masticar y a tragar. Con los triturados aprenden sólo a tragar y si esperamos demasiado puede costarnos mucho que admitan texturas diferentes a los molidos.
¿Por dónde empiezo?
Hay que tener claro que la finalidad es la de aprender a comer de forma saludable, por lo que es un buen momento para analizar la alimentación que llevamos los mayores y conseguir una mejor versión de nosotros mismos.
Los alimentos que ofrezcamos a nuestros niños deben ser lo más naturales posibles, evitando preparados industriales y preferiblemente que lo que coman sea similar a lo que toman habitualmente sus padres, porque es lo que al final tienen que acabar comiendo. De ahí la importancia de que nosotros comamos bien. Somos su ejemplo. De nada sirve que nos empeñemos en darles verduras, frutas o legumbres si nosotros nunca las ponemos en nuestro menú diario. Si no nos ven a nosotros disfrutar con una alimentación saludable, ellos tampoco podrán hacerlo. Enseñarlos a comer bien es un regalo maravilloso que les puede servir para toda la vida.
Teniendo en cuenta lo anterior, que me parece de lo más importante, la introducción de alimentos ha cambiado mucho en los últimos años. Ya no debemos orientarnos por las tablas con alimentos que hay que introducir a los 6, 8, 10 o 12 meses. Los alimentos no se introducen, se ofrecen. Ya no se recomienda retrasar alimentos «potencialmente alergénicos» porque no se ha demostrado que ésto sea beneficioso ni que vayamos a evitar que el niño se haga alérgico. Parece que incluso puede ser todo lo contrario.
Para iniciar la alimentación complementaria hay que hacerlo poco a poco. Si se ha comenzado con un alimento y éste sienta bien, al día siguiente podemos probar otro. no meter muchos alimentos nuevos de golpe.
Tenemos alimentos que podemos ofrecer desde los 6 meses a diario, otros que debemos limitar su consumo y otro grupo que debemos evitar.
Ofrecer desde los 6 meses | Limitar | Excluir |
Cereales* | Sopas, caldos prefabricados | Alimentos sólidos con riesgo de atragantamiento (hasta los 4-5 añitos). Ejemplo: uva entera, frutos secos, cerezas, salchichas, zanahoria cruda, manzana entera… |
Frutas** | Zumos | Desnatados (desaconsejado hasta los 2 años) |
Verduras (menos de hoja grande) | Yogures, quesos | Té, infusiones, café, refrescos… |
Legumbres | Sal | Pez espada, tiburón, lucio, atún rojo, conservas de atún… |
Carne | Productos salados: embutidos, aperitivos, gusanitos… | Carne de caza (con precaución en >6 años) |
Pescado | Azúcar | Espinacas o acelgas (con precaución en >1 año)*** |
Huevo | Potitos prefabricados | Miel |
Cabeza del marisco, cuerpo del cangrejo… |
*Cereales: no es necesario (ni recomendable) el uso de preparados industriales de cereales. Lo mejor es darlos “al natural”. Cereales sin gluten: arroz, maíz, quinoa, mijo… Cereales con gluten: trigo, espelta, centeno, cebada, avena… A los 6 meses empezar indistintamente con unos u otros pero de forma progresiva. El gluten mejor ir introduciendo en la dieta pequeñas cantidades al principio, siempre antes de los 7 meses.
**También frutas de pelo (melocotón, albaricoque…) o frutas rojas (fresas, sandía…). Se pueden dar TODAS LAS FRUTAS desde los 6 meses.
*** No ofrecer más de un plato al día. Evitarlas si presentan gastroenteritis. Conservar en el frigorífico e intentar consumirlas en el mismo día que se preparen.
Alimentación a partir de los 12 meses
La mayoría de niños pueden comer lo mismo que los adultos. Ofrecer alimentos típicos y saludables para toda la familia. A partir de esta edad disminuye mucho el apetito del niño de forma natural y hay que respetar sus señales de saciedad. No comen más porque no lo necesitan. Cuando aumenten sus requerimientos energéticos volverán a comer más cantidad. Comer más no es sinónimo de estar más sano. Lo que sí tenemos que intentar es que lo que coman sea bueno para ellos.
Al principio suelen comer poca fruta y verdura. Hay que ser pacientes y seguir teniéndolas a su alcance, pero no sustituirlas por otros alimentos no saludables (zumos, bollería…). No hay que forzar ni sustituir por otros alimentos que no le aportan nada, sólo con la idea de “que coman algo”. Esto no es lógico ni sano.
Los niños que toman lactancia artificial pueden tomar leche entera a partir del año, intentando que sea en vasito o taza (quitar poco a poco las tetinas). La lactancia materna continuará siendo a demanda siempre (la leche materna no pierde propiedades con el tiempo, os digan lo que os digan).
Espero que dentro de tanto caos quede un poco claro el mensaje. Paciencia. Comerán. Lo que tenemos que intentar es enseñarlos a comer bien. Es un regalo que les servirá para toda la vida.
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