Vamos a hacer una recopilación de creencias acerca de la lactancia y del mundo del recién nacido. La sabiduría popular no siempre tiene la razón, y una persona que ya ha criado no se ha ganado el derecho de criar al hijo de otro ni de intentar que otra persona haga las cosas como él/ella las hizo. Nadie mejor que vosotros sabe lo que vuestro hijo necesita, ni vive en vuestra casa para valorar lo que hayáis decidido hacer.
Dicho esto (parece que me he quedado a gusto), vamos a empezar a exponer algunos mitos y leyendas de la lactancia, que perduran en nuestros días y pueden hacer mermar la confianza en sí misma de una mamá.
Los pezones hay que prepararlos.
Los pechos se van preparando durante el embarazo para adecuar su funcionamiento a la llegada del recién nacido. Los pezones están preparados, no necesitan de nuestro empeño en pellizcarlos o sacarlos para que estén «en mejores condiciones». Incluso los pezones invertidos o retráctiles están preparados para la lactancia sin necesidad de torturar a la madre sacándolos antes de dar a luz. Como ya sabemos, los niños no deben de coger sólo el pezón para mamar (aunque les sirve de guía), si no que tienen que introducir también en su boquita gran parte de la areola. Al coger el pecho (en un agarre correcto) la boca del niño se sella, creando un vacío en su interior que hace que el pezón salga. Además de forma espontánea a lo largo del embarazo también mejora la protractilidad del pezón (la facilidad de salir), así como si se continúa esa lactancia en el tiempo o en sucesivos embarazos.
Tampoco se deben lavar los pezones antes ni después de cada toma. Con mantener una higiene adecuada diaria es suficiente (.
Así que los pechos están preparados independientemente de las perrerías que se nos ocurra hacer.
Beber cerveza en el embarazo aumenta la producción de leche.
La única cantidad de alcohol segura durante el embarazo es CERO, y la cerveza es ALCOHOL. No es verdad que vayas a producir más leche. El aumento de producción se consigue cuando nace el bebé, dándole el pecho a demanda.
Durante el embarazo cero alcohol, y durante la lactancia tampoco es aconsejable. Consultad la web www.e-lactancia.org para información acerca de medicamentos, plantas y tóxicos durante la lactancia.
Dar el pecho duele.
Por mucho que se empeñe la gente en decirnos que dar el pecho, sobre todo al principio, duele, la creencia de que si duele es porque «está haciendo callo» es totalmente falsa.
El pecho no debe doler. Si duele es porque está habiendo algún problema de agarre, posturas… Y pueden aparecer las temibles (y dolorosas) grietas que en ocasiones acaban con una lactancia deseada.
Si hay dolor se debe investigar cual puede ser el problema y por qué está ocurriendo. La falta de referentes a nuestro alrededor que nos guíen de forma adecuada o el desconocimiento por parte de los profesionales de la salud del tema, van en contra de la lactancia, por desgracia.
Intentad rodearos de gente que os respete y apoye. A ser posible, mantener contactos con otras mamás que den el pecho (o que lo hayan dado). Acudid a personas formadas e informadas, asesoras, ibclcs (consultoras certificadas en lactancia materna), pediatras, enfermeros pediátricos, matronas, médicos de familia, grupos de lactancia… Cada vez se está ampliando más esta red de apoyos.
Así que dar el pecho no debe doler. Es verdad que en ocasiones se pueden notar sensaciones extrañas o un aumento en la sensibilidad del pezón, pero el dolor en sí hay que estudiarlo porque no debe aparecer. La naturaleza no es tan cruel como para hacer doloroso el proceso que asegura el mantenimiento de una especie.
Y acabamos con los tres primeros mitos de muchos que iré poniendo. Podéis dejar sugerencias para comentarlas en posteriores entradas.
Besos, abrazos y muchos mimos.
Pediatribu
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