Se respira un ambiente extraño. Hagas lo que hagas, mires donde mires, escuches lo que escuches, todo parece estar tintado por el tema del momento: el coronavirus COVID-19. Y es que es un tema importante. Nunca nos habíamos enfrentado a nada parecido como sociedad y no estábamos preparados. Pero aquí estamos.
Me da la sensación de que mucha gente no ha entendido donde radica la trascendencia del tema. Yo no tengo miedo del SARS-CoV-2, COVID-19, ni de sus diferentes nombres. Me da miedo el miedo que está teniendo la sociedad, lo que he visto esta mañana en el supermercado, el desabastecimiento y la histeria colectiva, el «algo no nos cuentan cuando están haciendo esto o aquello»…
Si, las medidas que se están intentando llevar a cabo son drásticas (aislamiento social, cierre de colegios, institutos y universidades, teletrabajo…), pero son necesarias. Porque la población diana de esta enfermedad SOMOS TODOS.
Al ser un virus nuevo, no tenemos anticuerpos para defendernos y, tarde o temprano, lo tendremos que pasar la mayoría.
Pero, ¿entonces por qué no enfermamos todos y ya está?
Muy sencillo y a la vez muy complejo. Somos muchos. Si dejamos que la epidemia siga su curso natural, según nuestro ritmo de vida habitual, se va a producir un crecimiento exponencial de la población enferma. No se podría atender a tanta gente, se colapsaría el Sistema Sanitario… y todo el país. Esto nos llevaría a que haya más muertes porque no se podría atender a tantos enfermos por falta de recursos personales y materiales. Y no queremos que eso pase.
Las medidas adoptadas van destinadas a intentar frenar el número de contagios en el tiempo. Para que podamos actuar y todas las personas puedan ser atendidas lo mejor posible. A retrasar el pico del brote y que no se llegue a colapsar nuestro Sistema de Salud.
¿Qué podemos hacer para ayudar?
Todos podemos salvar vidas en esta epidemia, siguiendo las recomendaciones oportunas. Es paradójico que el aislamiento social sea tan necesario cuando lo que más necesitamos en estos momentos es no sentirnos solos. Pero no estáis solos. Estamos juntos en esto.
Os comento algunas medidas que podemos adoptar:
- Lavarnos las manos con frecuencia, con agua y jabón.
- Al estornudar o toser, tápate la boca con el codo o con un pañuelo que deseches después (y lavarse las manos). Enseñar estas medidas a los más pequeños de la casa.
- No dar besos, abrazos ni la mano como saludo.
- No vayas a conciertos, cine, teatro, bares, restaurantes, reuniones sociales, fiestas privadas, parques… Ahora mismo lo mejor es estar en casa.
- Evita los viajes que no sean estrictamente necesarios.
- A ser posible, no uses transporte público.
- Trabaja desde casa si tienes esa posibilidad.
- Si sales de casa, intenta mantener una distancia de unos 2 metros con otras personas.
- No te aísles. Comunícate con los demás a través de llamadas telefónicas, correos electrónicos, videochats… Usa las redes sociales si lo necesitas como vía de escape.
- Si tienes síntomas sospechosos, ¡no te muevas! Ponte en contacto a través del 112 o del teléfono habilitado en tu comunidad para tal fin.
Y no olvides que con las medidas que puedas realizar ya estás salvando vidas.
Ahora más que nunca
Paciencia, besos y muchos mimos, aunque sea desde la distancia.