Impétigo

Impétigo ¿Qué es, cómo reconocerlo y qué hacer?

El impétigo es una de las infecciones de piel más comunes en la infancia. Es molesto, contagioso y suele preocupar mucho a madres y padres… pero, por suerte, tiene tratamiento y, habitualmente, se cura sin complicaciones. Es una infección que vemos con mucha frecuencia, sobre todo en esta época del verano, calor, piscinas, playa…

¿Qué es el impétigo?

El impétigo es una infección superficial de la piel causada por bacterias, principalmente Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes. Es más frecuente en niños y niñas de entre 2 y 8 años, aunque puede aparecer a cualquier edad.

Esta infección suele desarrollarse tras una pequeña herida en la piel, una picadura de insecto, una dermatitis o incluso un simple resfriado que deja la piel irritada alrededor de la nariz o la boca. La piel lesionada permite que las bacterias entren y se multipliquen.

Es más común en climas cálidos y húmedos y, como hemos dicho anteriormente, durante el verano, cuando los niños sudan más y pasan tiempo en piscinas/playas, estando en contacto con otros niños que puedan tenerlo, facilitando su propagación.

¿Cómo se reconoce el impétigo?

El impétigo puede presentarse de dos formas principales:

Impétigo no ampolloso (el más común):

  • Comienza como pequeñas manchas rojas o granitos
  • Evoluciona a lesiones con costras amarillentas, con aspecto de «miel seca»
  • Suele localizarse alrededor de la boca, nariz y mentón, pero puede aparecer en cualquier zona del cuerpo
  • Puede causar picor, pero raramente duele
Costras mielicéricas Impétigo
Impétigo. Costras mielicéricas (como «miel seca»)

Impétigo ampolloso:

  • Aparecen ampollas llenas de líquido claro o amarillento que se rompen con facilidad
  • Las lesiones dejan una base roja y húmeda que luego forma costras
  • Es más común en niños más pequeños y puede afectar tronco, glúteos o extremidades

Es importante saber que, aunque el impétigo puede parecer alarmante, no suele causar fiebre ni malestar general en niños sanos.

Impétigo ampolloso
Impétigo ampolloso

¿Es contagioso?

Sí, el impétigo es altamente contagioso. Se transmite por:

  • Contacto directo con las lesiones infectadas
  • Uso compartido de toallas, ropa, peines o juguetes
  • Rascado de las lesiones, que puede diseminar la infección a otras zonas del cuerpo o a otros niños

Por eso, cuando un niño tiene impétigo, es recomendable que no asista a la escuela o guardería hasta haber iniciado el tratamiento y que las lesiones estén controladas (normalmente tras 24-48 horas de antibótico).

¿Cómo se trata el impétigo?

El tratamiento dependerá de la extensión y gravedad de las lesiones:

Impétigo localizado:

  • Puede tratarse con antibióticos tópicos, como mupirocina, ácido fusídico u ozenoxacino. Siempre, previa valoración por su pediatra
  • Se aplican varias veces al día durante 5-7 días

Impétigo extenso o recurrente:

  • Requiere antibióticos por vía oral (prescritos por su pediatra)
  • En algunos casos puede necesitarse cultivo para guiar el tratamiento, especialmente si hay brotes frecuentes o resistencia a antibióticos

Medidas complementarias:

  • Lavar la zona afectada suavemente con agua y jabón neutro
  • Secar con toques suaves (sin frotar)
  • Mantener las uñas del niño cortas y limpias
  • Evitar tocar las lesiones innecesariamente

Nunca se deben aplicar remedios caseros, alcohol ni cremas sin indicación profesional, ya que pueden irritar la piel o empeorar la infección.

¿Se puede prevenir el impétigo?

Aunque no siempre es posible evitarlo, se puede reducir el riesgo (tanto de extensión como contagio a otros) con algunas medidas:

  • Mantener una buena higiene de la piel y las manos
  • Lavar cortes, picaduras o heridas lo antes posible
  • Evitar que los niños compartan objetos personales
  • Enseñarles a no rascarse
  • Lavar con frecuencia la ropa de cama, toallas y juguetes blandos si hay infección en casa
  • Adecuado tratamiento de otras afecciones de la piel como eccema, dermatitis, varicela… que pueden favorecer el desarrollo de impétigo sobre la piel «enferma»

Lavado de manos
Lavado de manos

Evolución y pronóstico

Con tratamiento adecuado, el impétigo suele mejorar en pocos días y curarse por completo en 7 a 10 días. Las costras desaparecen sin dejar cicatrices si no se rascan. En algunos casos, puede quedar una hiperpigmentación o hipopigmentación temporal que mejora con el tiempo.

Es fundamental completar el tratamiento incluso si las lesiones mejoran antes. Interrumpir el antibótico puede facilitar recaídas o resistencia bacteriana.

En resumen

El impétigo es una infección cutánea frecuente, especialmente en la infancia. Aunque es contagioso y visualmente llamativo, no suele ser grave y responde bien al tratamiento con antibióticos (generalmente tópicos aunque, a veces, si es muy extenso o recurrente, se pautan sistémicos). .

Con una atención oportuna, medidas de higiene y seguimiento, es posible manejarlo sin complicaciones.

Recordar que, ante lesiones nueva o no mejoría de las previas, siempre es mejor consultar al pediatra.

Y ya sabéis,

Paciencia, más aún, en esta época del año donde se pierden las rutinas y el caos entra en nuestros hogares.

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