lactancia prolongada

Historias de lactancia, volumen 1

Historia de lactancia de Natalí

El 9 de noviembre nació mi peque por inducción. El parto empezó con una » profesional» que me trató fatal, pero por suerte, en el cambio de turno, dos ángeles vinieron e hicieron que tuviera un parto maravilloso y respetado. Me puse a mi peque piel con piel en el paritorio y se engancho al pecho. Me enseñaron a saber si cogía bien y vimos que tenía calostro.

Mi pequeño fue CIR, nació con 1.990 g y 42 cm. Nos hicieron suplementarlo con 10 ml de fórmula desde la segunda toma por qué tenía las glucemias bajas. Yo le daba el pecho (cada 3 horas, no a demanda) y mi marido le daba con jeringuilla dedo.

A la mañana siguiente que no estaba mi marido, me lo quitaron de los brazos y le dieron un biberón. Les pedí que no lo hicieran, que estábamos con pecho y jeringa dedo, y me dijeron que que manía, que si «quería que se muriese con esa glucemia y que así era mucho más rápido». Esa noche me vino la subida de la leche, en dos veces con subida de fiebre, temblores, mareos… Leo comenzó a tomar mucha más teta. Pero seguía adormilado.

Cuando nos íbamos a ir de alta nos dijeron que tenía alta la bilirrubina y que había perdido mucho peso (pesaba 1.800). Estuvimos 15 días en neonatos. Ganaba y perdía peso. Siempre tomaba los dos pechos y 60 ml de biberón. Nadie entendía por qué no engordaba (allí suplementamos con jeringa dedo, sonda y finalmente con biberón porque nos dijeron que no afectaría a la lactancia). Salimos con un diagnóstico de colestasis controlada y un diagnóstico de bebé sano con crecimiento extremadamente lento pero lineal, con controles en neonatos y digestivo.

Nos dicen que le sigamos ofreciendo lactancia a demanda y 60 ml de biberón pero vomita mucho y se pasa muchas horas al pecho, así que reducimos el biberón y dejó de vomitar.

En los controles en la pediatra no engordaba. Nos hace pesarlo cada 3 días. En el Digestivo nos dicen que no nos preocupemos, que los bebés CIR (crecimiento intrauterino retardado) crecen lento dentro y fuera de la barriga, pero que está sano.

Nuestra pediatra no está de acuerdo y llama a digestivo. Nos acaban pautando una leche hipercalórica y subida a 90 ml. Yo les comento que vomita mucho, y me dice que entonces le de más, que le siga subiendo la fórmula. Mi pediatra dijo que «menos teta y más biberón», que la teta era como «darle galletas», que luego llegaba el biberón que era «la paella» y ya no tenía hambre. A los 3 meses hizo huelga de lactancia y había perdido la producción… Empecé a hacer extracción poderosa y a sacarme leche cada vez que mi marido le daba biberón.

lactancia

Contacté con una asesora de lactancia, llevaba 9 días sin tetar. Vino la asesora, nos dio pautas y con ella allí mismo se cogió al pecho. Quitamos biberones, tetinas y pezoneras y sustituimos por relactador. Bajamos de 90 a 60 ml en un mes (engordaba despacio pero constante).

Lo llevamos a fisioterapeuta por qué era imposible portearlo. Tensión dural, plagiocefalia leve y frenillo. Le operamos por particular de frenillo a los 5 meses. Siete pediatras le habían visto y ninguna le vio frenillo limitante (lengua en forma de corazón, no subía más de media boca…). Lo ingresaron por bronquiolitis y perdió peso… A los 6 meses ya se había acostumbrado al relactador (8 tomas diarias). A lo largo del verano hemos reducido a 3 tomas de relactador de 30 ml. Para las siestas y dormir.

Tiene 11 meses y no me atrevo a quitárselo del todo. Por la noche mi marido le da una o dos tomas con jeringa dedo que no se como quitar. He pasado muchos días de querer rendirme y volver al biberón.

Psicológicamente es lo más duro y con menos apoyado que he hecho en mi vida, pero ver a mi peque en la teta es lo más maravilloso del mundo. Ahora tenemos un diagnóstico definitivo, una mutación genética que produce un crecimiento extremadamente lento. Da igual cuántos biberones le diéramos, no hubiera crecido de ninguna manera. Pesa 7kg y mide 65cm con 11 meses. Siento que hemos sido torturados, tanto él estando 3 meses sin parar de vomitar día y noche, tomando con ansiedad biberones y comida, como yo, haciéndome sentir que mi leche no valía, que estaba enfermando a mi hijo…

Seguiré luchando porque siga teniendo su teta tetita como él la llama, todo el tiempo que él y yo queramos, aunque siga con relactador.

Natali

Muchísimas gracias por compartir tu historia. Sois unos luchadores.

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