Me han sugerido varias mamás que se hable de la candidiasis oral (o muguet) en los lactantes y de su relación con la lactancia materna. Al parecer existe una creencia bastante extendida de la relación entre ambas y de la necesidad de tratamiento de madre y bebé para la curación. Pero, ¿es esto verdad? ¿Es tan frecuente la candidiasis del pezón? ¿Y la mastitis por cándida? Vamos a aclarar un poco el tema.
¿Qué es la candidiasis oral (muguet)?
Se trata de una infección por hongos o levaduras (por Cándida albicans) que afecta a la mucosa oral. Es muy frecuente en lactantes menores de 6 meses, con mayor incidencia en recién nacidos y va disminuyendo la frecuencia conforme aumenta la edad, siendo muy raro en niños mayores y en adultos inmunocompetentes (que tienen un sistema inmune que funciona correctamente).
En los recién nacidos se postula que puedan adquirir la infección al pasar por el canal del parto, ya que es un hongo que se suele encontrar en la zona genital materna. Además de que el recién nacido tiene «sus defensas» aún inmaduras y este hongo puede aprovechar la situación y colonizar la boca del bebé.
No todos los bebés que pasen por un canal del parto con colonización de cándida tendrán muguet, debido a que deben estar implicados otros muchos factores individuales.
¿Qué otros factores pueden influir en la aparición de candidiasis oral?
Entre otros, el uso de antibióticos puede provocar la destrucción de la flora bacteriana local habitual y favorecer el sobrecrecimiento del hongo Cándida. El uso de corticoides (tópicos, sistémicos o inhalados) también pueden influir en su aparición. Otros factores podrían ser la higiene bucal inadecuada, el uso de biberones o chupetes, etc.
Tened en cuenta que esta levadura es habitual encontrarla en la boca, tracto gastrointestinal, vagina y piel humanas, aunque sólo en determinadas ocasiones va a provocar enfermedad. Por lo que podemos encontrarnos con una candidiasis oral en el lactante, con colonización en el pezón materno (sin que esto indique infección materna ni tenga relación con el muguet del lactante) y con dermatitis del pañal por cándida, todo a la vez o por separado.
¿Y qué pasa con la infección del pezón y con la mastitis materna por Cándida albicans?
Clasicamente se ha relacionado el dolor intenso en el pezón materno, la quemazón, o incluso el dolor profundo de la mama, con la mastitis. En ocasiones, si coincide que el niño presentaba muguet se diagnosticaba de mastitis por cándida, y se ponía tratamiento a la madre y al niño con antifúngicos.
Ahora bien, la mastitis por hongos es una entidad que, gracias a estudios recientes, se ha demostrado que está sobrediagnosticada y sobretratada, sin tener pruebas de que la causa del dolor materno sea esa, ni aportando su tratamiento en muchas ocasiones, mejorías significaticas. Tampoco se ha encontrado relación entre el dolor del pezón y la colonización de C. albicans, por lo que el diagnóstico de candidiasis materna del pezón o de la mastitis por cándida es muy controvertido.
Además, los pezones no son el mejor lugar para el crecimiento de C. albicans, aunque podemos encontrarla ahí. Los oligosacáridos, la lisozima y la dermcidina de la leche materna inhiben el crecimiento y adhesión de la cándida y protegen al lactante.
A pesar de todo lo comentado anteriormente, si vuestro médico considera necesario el tratamiento con antifúngicos de madre o/y de bebé, la continuación con la lactancia materna es completamente compatible.
Ante el dolor materno sería interesante que alguien pudiera acompañar a esa madre, revisar la postura y el agarre, la existencia de vasoespasmo del pezón o síndrome de Raynaud del pezón, los síntomas depresivos, el dolor funcional… Una madre lactante que se sienta arropada puede mejorar mucho estos síntomas.
¿Cómo sé si mi hijo tiene candidiasis oral?
En la boca se verán placas blanquecinas que se unen entre sí. Al intentar despegarlas dejan una mucosa eritematosa (muy roja) e inflamada. En la mayoría de los lactantes estas lesiones no les molestan (son asintomáticas), aunque en ocasiones podemos encontrarnos con molestias o dificultades en la alimentación.
Si sospechas que tu pequeño pueda tener muguet, es aconsejable la valoración por su pediatra para que te indique si has acertado en el diagnóstico y el tratamiento más adecuado a seguir.
Así que paciencia, besos y muchos mimos.