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El Uso y Abuso de Pantallas en la Infancia y Adolescencia: ¿Cuánto es Demasiado?

En la actualidad, las pantallas están en todas partes: en nuestras manos, en nuestras salas y hasta en las aulas. Es imposible negar que los dispositivos electrónicos han transformado la forma en la que los niños y adolescentes aprenden, juegan y se comunican. Pero, ¿cuándo se convierte el uso de pantallas en un problema? ¿Qué dice la ciencia sobre el tiempo frente a estos dispositivos? Aquí te contamos lo esencial para navegar en este mundo digital sin perder de vista el bienestar de los más jóvenes.

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El Dilema de las Pantallas: No Todo es Malo

Primero, es importante aclarar que no todas las pantallas son malas. Las videollamadas con los abuelos, los juegos educativos y las plataformas interactivas pueden ser herramientas muy valiosas. Sin embargo, la clave está en el cómo y el cuánto. Un uso equilibrado y consciente puede fomentar habilidades cognitivas y sociales, pero cuando se sobrepasan ciertos límites, los riesgos empiezan a pesar más que los beneficios.

Lo Que Dicen las Recomendaciones

Las principales organizaciones de salud infantil, como la Academia Americana de Pediatría (AAP) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), coinciden en algunos puntos esenciales:

  • Para niños menores de 2 años: Se recomienda evitar el uso de pantallas (excepto videollamadas). A esta edad, el cerebro se desarrolla mejor con interacciones cara a cara y con el juego libre.
  • Entre los 2 y los 5 años: El tiempo frente a la pantalla debe ser de una hora al día como máximo y preferiblemente con contenido de calidad, que los padres puedan ver con los pequeños para explicar y contextualizar lo que ven, filtrar aquello no deseado y vivirlo como un rato en compañía.
  • Para niños de 6 años en adelante: El tiempo diario de pantallas debe ser equilibrado con otras actividades. Las pantallas no deberían interferir con el sueño, el ejercicio ni el tiempo en familia.
  • Adolescentes: Aunque es más difícil establecer un límite exacto, es importante promover el uso consciente, asegurar que las pantallas no sustituyan las interacciones sociales cara a cara ni el tiempo de descanso.

¿Qué Hay del «Abuso»?

El problema surge cuando las pantallas empiezan a reemplazar aspectos fundamentales para el desarrollo: horas de sueño, actividad física, relaciones familiares y juegos no estructurados. El uso excesivo de pantallas en la infancia y adolescencia se ha asociado con:

  1. Problemas de atención: El uso constante de dispositivos puede hacer que los niños se acostumbren a la estimulación inmediata, reduciendo su capacidad de concentración en tareas que requieren esfuerzo cognitivo.
  2. Alteraciones del sueño: La luz azul de las pantallas interfiere con la producción de melatonina, una hormona clave para dormir bien. Esto es especialmente preocupante cuando el uso de pantallas ocurre antes de acostarse.
  3. Problemas emocionales: Un alto consumo de redes sociales y videojuegos se asocia con un mayor riesgo de ansiedad y depresión, especialmente en adolescentes. La exposición a contenido no regulado y el ciberacoso también son factores que pueden afectar la salud mental.
  4. Sedentarismo: Los niños que pasan mucho tiempo frente a la pantalla tienden a tener niveles más bajos de actividad física, lo cual impacta negativamente en su salud física y peso corporal.

Consejos Prácticos para Padres

  • Establecer un horario: Crea una rutina diaria que limite el tiempo frente a pantallas y asegúrate de que haya un equilibrio con otras actividades (deporte, juego al aire libre, lectura, etc.).
  • Elegir contenido de calidad: No todas las aplicaciones y programas son iguales. Opta por juegos y videos educativos y, siempre que puedas, participa activamente para discutir y contextualizar lo que ven.
  • Establecer “zonas sin pantallas”: Prohíbe el uso de dispositivos durante las comidas y en el dormitorio, especialmente antes de dormir (para no alterar el sueño nocturno).
  • Predicar con el ejemplo: Los niños aprenden más de lo que observan que de lo que se les dice. Si tu hijo te ve mirando el móvil constantemente, es probable que quiera imitar ese comportamiento.
  • Fomentar el uso responsable en adolescentes: En lugar de simplemente imponer límites, habla sobre la importancia de equilibrar el tiempo digital y el riesgo de exponerse demasiado a las redes sociales.

¿Conocéis el Plan digital familiar de la AEP (Asociación Española de Pediatría)?

Os dejo aquí el link para que le echéis un vistazo.

El Rol de los Padres: Más Guía, Menos Policía

Recuerda que no se trata solo de limitar, sino de enseñar a autorregularse. El objetivo es que los niños y adolescentes aprendan a tomar decisiones saludables sobre su tiempo en línea. Si se sienten controlados, es probable que busquen formas de evadir las reglas; pero si entienden los porqués detrás de estas, serán más conscientes y críticos sobre su consumo de pantallas.

En un mundo que es cada vez más digital, el reto no es eliminar las pantallas, sino aprovecharlas de manera positiva. Con tu guía, tus hijos pueden aprender a usar la tecnología como una herramienta que enriquezca su vida, en lugar de consumirla.

¿Qué opináis vosotros?

Y ya sabéis,

Paciencia, besos y muchos mimos.

Pediatribu

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