Disruptores endocrinos hormonas

Disruptores endocrinos: qué son, dónde están y cómo proteger a nuestros hijos e hijas

Vivimos en un mundo rodeado de productos que usamos a diario sin pensar demasiado en lo que contienen. Pero algunas de esas sustancias, invisibles y silenciosas, pueden interferir con el delicado equilibrio hormonal de nuestro organismo, especialmente durante la infancia y en el embarazo. Las mujeres somos especialmente susceptibles a estos compuestos a lo largo de toda nuestra vida. Se trata de los disruptores endocrinos.

¿Qué son los disruptores endocrinos?

Los disruptores endocrinos son sustancias químicas que pueden alterar el funcionamiento del sistema endocrino, es decir, el sistema que se encarga de regular nuestras hormonas. Estas hormonas son fundamentales para procesos como el crecimiento, el desarrollo cerebral, el metabolismo, la pubertad, la fertilidad y muchas otras funciones.

Cuando el cuerpo está en formación (como ocurre durante la infancia o incluso desde el embarazo), cualquier interferencia hormonal puede dejar huellas a largo plazo. Por eso, en el embarazo, los bebés, y los niños y niñas son especialmente vulnerables a estos compuestos.

¿Dónde se encuentran?

Muchos productos comunes pueden contener uno o más de estos disruptores. Algunos ejemplos incluyen:

Bisfenol A (BPA)

  • En plásticos duros, biberones antiguos, latas con recubrimiento interno.
  • Puede afectar el desarrollo hormonal y el sistema nervioso.
  • Alternativa: Usar vidrio o acero inoxidable, y elegir productos que digan «libre de BPA».
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Ftalatos

  • En plásticos blandos, juguetes, perfumes, cremas y productos con fragancias artificiales.
  • Se asocian a alteraciones hormonales y reproductivas.
  • Alternativa: Leer las etiquetas y elegir productos “sin fragancias” o “sin ftalatos”, especialmente en lo que usamos con bebés.

Parabenos

  • Usados como conservantes en cosméticos, toallitas húmedas, champús y lociones.
  • Imitan al estrógeno, una hormona femenina.
  • Alternativa: Optar por productos con conservantes naturales o etiquetados como “sin parabenos”.

Triclosán

  • En jabones antibacteriales, pastas dentales y algunos desodorantes.
  • Puede alterar el sistema inmunológico y la glándula tiroides.
  • Alternativas: Ingredientes recomendados: aceites esenciales naturales (árbol de té, lavanda, romero), bicarbonato de sodio, aloe vera, xilitol (en pastas), extractos de plantas (caléndula, manzanilla). Evitar: triclosán y triclocarbán.

Benzofenona-3 (Oxibenzona)

  • En protectores solares, labiales con FPS y cremas.
  • Asociada con desequilibrios hormonales y efectos sobre el desarrollo reproductivo.
  • Alternativas: Filtros físicos o minerales (los más recomendados). Estos no penetran la piel: se quedan en la superficie y actúan como una barrera que refleja los rayos UV. Por ejemplo el óxido de zinc (Zinc oxide) o el dióxido de titanio (Titanium dioxide). Son seguros, efectivos e hipoalergénicos. Ideales para bebés, niños y pieles sensibles. Además, no dañan los corales ni la vida marina, por lo que son reef-friendly.

Retardantes de llama (PBDEs)

  • Presentes en colchones, muebles, alfombras, ropa y otros materiales tratados contra el fuego.
  • Pueden interferir con la función tiroidea y el desarrollo cerebral.
  • Alternativa: Ventilar bien los ambientes y pasar trapo húmedo para reducir el polvo acumulado.

Pesticidas (como clorpirifós o glifosato)

  • En frutas, verduras y productos agrícolas no orgánicos.
  • Vinculados a alteraciones del desarrollo neurológico y autoinmunidad.
  • Alternativa: Lavar bien los alimentos y, cuando sea posible, elegir opciones orgánicas, ecológicas y de proximidad.

PFAS (compuestos perfluorados)

  • En sartenes antiadherentes, envases de comida rápida y ropa impermeable.
  • Relacionados con trastornos metabólicos, inmunológicos y hormonales.
  • Alternativa: Elegir utensilios de cocina de acero inoxidable o hierro fundido, y minimizar el consumo de comida rápida.

¿Qué efectos pueden tener en la salud infantil?

La exposición a disruptores endocrinos no siempre genera efectos visibles inmediatos, pero puede afectar al organismo a corto, medio o largo plazo, especialmente si ocurre durante momentos críticos (como hemos comentado, la gestación, la lactancia o la infancia temprana, sobre todo en niñas). ¿Cómo puede afectar?

🧠 Desarrollo neurológico

  • Déficit de atención, dificultades de aprendizaje y memoria
  • Alteraciones en el desarrollo del lenguaje
  • Asociación con trastornos del espectro autista (no como causa directa, pero sí como factor de riesgo)

📏 Crecimiento y pubertad

  • Pubertad precoz o retrasada
  • Alteraciones en la función tiroidea
  • Impacto en el crecimiento y el desarrollo sexual

⚖️ Metabolismo y obesidad

  • Mayor riesgo de obesidad infantil
  • Alteraciones en el apetito y el metabolismo
  • Influencia sobre la aparición de diabetes tipo 2 y resistencia a la insulina

💉 Enfermedades autoinmunes

  • Algunos disruptores, como el triclosán, BPA y ciertos pesticidas, pueden interferir con el sistema inmunológico y favorecer respuestas inflamatorias o autoinmunes
  • Esto podría contribuir al desarrollo de enfermedades como la diabetes tipo 1, especialmente si la exposición ocurre en edades tempranas o en combinación con factores genéticos

🧬 Fertilidad y salud reproductiva

  • Afectación del desarrollo testicular y ovárico
  • Alteraciones hormonales que podrían dificultar la fertilidad en la adultez

🛡️ Sistema inmune

  • Mayor susceptibilidad a infecciones
  • Aumento del riesgo de alergias y asma

¿Cómo proteger a nuestros hijos e hijas?

No se trata de cambiar todo de un día para otro, ni de vivir con un miedo paralizante, sino de tomar pequeñas decisiones conscientes que pueden tener un gran impacto en nuestra salud presente y futura.

🍽️ En la cocina

  • No calentar comida en recipientes de plástico.
  • Usar vidrio, acero inoxidable o cerámica.
  • Elegir alimentos frescos, lavar bien frutas y verduras. Mejor si son de proximidad y ecológicos.
  • Evitar conservas enlatadas (preferir frascos de vidrio).
  • Cocinar con ingredientes simples y caseros.

🧴 En la higiene personal

  • Elegir productos sin parabenos, ftalatos, triclosán ni fragancias sintéticas.
  • Usar protectores solares minerales, sin oxibenzona (benzofenona-3).
  • Leer las etiquetas: cuanto más cortas y claras, mejor.

🧸 En el juego y el descanso

  • Juguetes sin BPA ni ftalatos (buscar el sello CE o sin tóxicos).
  • Ventilar bien los ambientes a diario.
  • Limpiar con trapo húmedo para reducir polvo (que puede contener químicos).
  • Elegir colchones y ropa de cama sin tratamientos ignífugos innecesarios.

🧽 En la limpieza del hogar

  • Usar productos simples: vinagre, bicarbonato, jabón natural.
  • Evitar aerosoles, ambientadores y fragancias artificiales.

👕 En la ropa

  • Lavar la ropa nueva antes de usarla.
  • Elegir algodón o fibras naturales sin tratamientos “antiarrugas” o “impermeables”. Algodón orgánico certificado, lino natural, lana sin tratar…
  • Evitar: poliéster, acrílico, nylon (son fibras sintéticas derivadas del petróleo y pueden liberar microplásticos).

🧺 Tips extra para la ropa

  • Lavar siempre la ropa nueva antes de usarla, incluso la de cama o toallas. Muchas prendas nuevas contienen residuos de colorantes, suavizantes industriales, fungicidas y plastificantes.
  • Ventilar la ropa o guardarla fuera del plástico antes del primer uso.
  • Lavar con jabón neutro, sin suavizantes industriales ni perfumes fuertes.

Conclusión: cuidar con información, no con miedo

No podemos controlarlo todo, pero sí podemos hacer elecciones más conscientes. No se trata de hacer todo perfecto, sino de empezar con pequeños cambios, poco a poco. Cada decisión suma. Informarse es el primer paso para cuidar el entorno en el que crecen nuestros hijos e hijas.

Bibliografía y fuentes recomendadas

  • Pehsu Murcia
  • World Health Organization & UNEP (2013). State of the Science of Endocrine Disrupting Chemicals.
  • National Institute of Environmental Health Sciences (NIEHS): https://www.niehs.nih.gov
  • EDC-Free Europe: https://www.edc-free-europe.org
  • Fundación Vivo Sano – Guía sobre tóxicos en el hogar
  • Trasande, L. (2019). Sicker, Fatter, Poorer: The Urgent Threat of Hormone-Disrupting Chemicals to Our Health and Future
  • U.S. Environmental Protection Agency (EPA) – Endocrine Disruptor Screening Program

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