Soy madre de una niña de 28 meses y desde entonces comparto con ella el maravilloso vínculo de la lactancia.
La lactancia no es fácil, pero puede ser una experiencia maravillosa si te sientes rodeada de apoyo, comprensión y de la certeza de que eso es lo que quieres compartir con tu bebé, ya que hay muchos tipos de lactancias y cada madre decide cuál quiere tener. El comienzo de mi lactancia fue difícil debido a la aparición de las temidas y dolorosas grietas que hicieron acto de presencia durante los primeros días. El dolor que producen es insoportable, pero gracias a toda la información que actualmente existe y a los consejos de mi madre (y su experiencia de 22 meses de lactancia) pude continuar con ella.
Todo comenzó a fluir y a estabilizarse pasados unos días, ya que las grietas desaparecieron y mi bebé comía y hacía peso con normalidad… hasta que llegó el momento de comenzar a trabajar. Ahí comenzaron a acecharme muchos miedos y dudas.
Tomé la decisión de introducir el biberón y la leche de fórmula pensando que esto ayudaría a llevar mi incorporación al trabajo de manera más llevadera; pero con lo que yo no contaba es con el rechazo que produciría la tetina del biberón en mi bebé. No toleraba ninguna marca ni modelo de biberón y solo aceptaba el pecho. Por suerte, cuando me tocó incorporarme a trabajar mi princesa ya tenía 7 meses y habíamos comenzado con la alimentación complementaria.
Soy maestra de Educación Infantil y en el momento de empezar a trabajar me sentí muy desamparada y con pocas ayudas en lo referente a la conciliación familiar. Me tocaba llevarme el extractor y aprovechar los ratos del recreo de los niños para avisarle a mis compañeras que iba al baño a extraerme leche. Fueron meses muy duros y difíciles ya que eran muchas horas separadas de mi bebé y, por lo tanto, tenía que hacer uso constante del extractor.
Cuando mi hija cumplió 15 meses, me planteé el hecho de destetar. Lo intenté durante una semana, pero fue tal el sufrimiento que tuvimos ambas que directamente decidí que haría destete natural.
A día de hoy seguimos con la lactancia y hasta que las dos queramos ya que somos muy felices.
Me siento totalmente orgullosa y feliz de todo el recorrido llevado a cabo y de haber podido superar los problemas y baches que, a lo largo de esta etapa, se han presentado. La lactancia tiene tantas caras como gotas, así que mucho ánimo a todas las mamás que pasáis por ello y siempre que lo necesitéis, no olvidéis pedir ayuda.
Mucho amor, empatía, paciencia y comprensión para todas.