Lo más importante que se os tiene que quedar de este título es que NO EXISTE EVIDENCIA CIENTÍFICA sobre la asociación entre lactancia materna y caries infantil. A pesar de que hay muchas teorías y diversidad de recomendaciones entre pediatras, enfermeros, odontopediatras… en ningún caso se debería recomendar el destete de un niño porque presente caries, y sí se debería educar sobre las medidas higiénicas adecuadas para mantener una correcta salud bucodental.
Vamos a desarrollar un poco el tema, teniendo claros los pilares básicos que se han comentado anteriormente.
¿Qué es la caries dental?
La caries es una infección de los dientes producida por microorganismos que están presentes en la boca, principalmente el Streptococo mutans.
Con la alimentación, quedan restos de azúcares sobre la superficie de los dientes y estas bacterias «se aprovechan» metabolizándolos y originando ácidos que pueden dañar el esmalte dental.
Aunque nuestra saliva y el flúor nos protegen y remineralizan el diente, si se produce un desequilibrio entre factores protectores (remineralización) y factores destructores (desmineralización) a favor de estos últimos, puede aparecer la caries dental.
¿Qué relación tiene la caries infantil con la lactancia materna?
Pues la lactancia materna es un alimento que contiene azúcares (lactosa). Pero, ¿es esto suficiente como para echarle la culpa de las caries en los niños pequeños?
La respuesta es NO.
La Asociación Española de Pediatría (Aeped), a través de un comunicado emitido en 2015, no deja dudas sobre la importancia de seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el mantenimiento de la lactancia materna de forma exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y, posteriormente, su protección y custodio hasta mínimo los 2 años o hasta que madre e hijo lo deseen, y deja clara la falta de evidencia científica para afirmar que la lactancia materna prolongada pueda producir caries en nuestros pequeños.
Sin embargo, la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP) alerta de que pudiera existir un aumento en el riesgo de caries en niños que continúan con lactancia materna por encima de los 12 meses. ¿Entonces, quién tiene razón?
Si nos leemos bien las recomendaciones SEOP y su última actualización de 2019 nos saca de dudas. Ambas sociedades quieren decir lo mismo aunque no lo hagan de la misma forma y pueda llevarnos a equivocaciones o malentendidos que pueden acabar con una lactancia deseada.
¿Que nos dice la Asociación Española de Odontopediatría sobre lactancia materna y caries?
Deja claro que para el correcto desarrollo de la boca del bebé es de vital importancia la lactancia materna. Y además la considera un factor protector para la aparición de caries en niños menores de un año. ¿Y qué pasa con los mayores de un año?
Que comen otros muchos alimentos, sobre todo con azúcares. Por lo que la culpa de las caries en la primera infancia no son debidas a la lactancia materna sino a la alimentación complementaria, unida a una higiene bucodental no demasiado buena.
La lactancia materna contiene lactosa, que es el azúcar menos cariogénico que existe. Así se se podría hablar también de caries del biberón, y con más razones, ya que la forma de tomar el pecho suele dejar el fluido en la parte posterior de la boca y provocar la deglución del mismo sin que esté demasiado tiempo en la superficie de los dientes, al contrario que la succión con biberón. También algunas leches de fórmula contienen azúcares «más dañinos» como la sacarosa.
Además, la lactancia materna contiene factores de defensa que inhiben el crecimiento bacteriano (inmunoglobulinas, lactoferrina…), la microbiota de la leche materna (microorganismos que contiene) compiten con el Streptococo mutans por el mismo espacio, y otros factores protectores como el calcio, el fósforo, la arginina, la urea y el pH adecuado rondando el 7, hacen que la leche materna prevenga la caries dental y proteja los dientes de los más pequeños. Así que no es el alimento al que deberíamos echarle la culpa de todos los males.
¿Cuáles son las causas de la caries?
Sobre todo la exposición al azúcar de bebidas y comidas, peor cuanto más temprana sea esta exposición, unida a una pobre higiene oral, y dentro de la boca de un niño que se encuentra colonizada por bacterias patógenas.
El Estreptococo mutans no nace con nuestro bebé. Su boca al nacimiento se encuentra libre de microorganismos y se coloniza posteriormente. Este «bicho» llega a su boca a través de padres, cuidadores y demás personas que rodean al niño, mediante los besos en la boca, compartir vasos o cubiertos, soplar la comida o probarla antes de dársela, por la costumbre de chupar el chupete para limpiarlo, etc.
¿Y cómo podemos evitar las caries en los niños? ¿Cómo prevenir la caries del lactante?
Muy importante la adecuada higiene bucodental desde la salida del primer diente o incluso antes. Podéis consultar la entrada de este blog titulada «mi hijo tiene un diente, ¿tengo que limpiarlo?» para poder tener las nociones básicas al respecto.
Otra cosa que podemos hacer es evitar azúcares, sobre todo azúcares libres. Cuanto más tarde se vean expuestos nuestros niños a ellos mejor, no sólo para la salud bucodental, también por la salud en general, y aumentar el consumo de frutas y verduras en la dieta como factores protectores que son.
Por último comentar que la existencia de esta gran controversia en cuanto a la lactancia y las caries se puede deber a que los estudios realizados son difíciles de controlar por los múltiples factores de confusión que rodean a la alimentación infantil, lo que hace muy difícil la intervención y la interpretación de los resultados obtenidos. Y que, aunque se hubiera demostrado (que no es así) que existiera mayor riesgo de caries debido a la lactancia materna prolongada por encima del año, este riesgo se contrarrestaría fácilmente con las medidas higiénicas adecuadas.
Es nuestra responsabilidad, educar a los padres/madres/cuidadores en estas medidas y la protección de la lactancia materna por sus innumerables beneficios sobre la salud (bucodental y en general). Nunca aconsejar un destete no deseado e injustificado. Esto puede provocar falsas creencias en la población, culpabiliza a las madres de haber mantenido su lactancia y promueve la idea de que es mejor el destete precoz, en esa mujer y en otras que puedan rodearla, por lo que estaríamos desprestigiando los innumerables beneficios del mejor alimento del mundo: la leche materna.
Paciencia, besos y muchos mimos.
Pediatribu
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