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Alimentación complementaria en el lactante amamantado

El Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría acaba de publicar una guía con recomendaciones para introducir la alimentación complementaria en los niños de pecho. No son muy distintas de las recomendaciones generales, pero siempre está bien actualizarse y repasar conocimientos por lo que, ¡vamos a ello!

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¿Qué significa «complementaria»?

Lo primero que nos recuerda es que la alimentación complementaria, como su propio nombre indica, complementa pero no sustituye a la leche. Por lo que hay que seguir ofreciendo el pecho a demanda e ir probando alimentos progresivamente sin sustituir tomas ni forzar a comer al niño.

La lactancia materna debería ser exclusiva hasta los 6 meses, pero ¿que pasa si la mamá se tiene que incorporar antes a trabajar y no tiene posibilidad de alargar su período de baja? Pues yo creo que aquí viene un cambio importante con respecto a lo que previamente se decía:

  • Si hay posibilidad de dar el pecho en el trabajo, seguimos con lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses.
  • Si la mamá tiene leche extraída conservada o puede extraerse para las tomas de los días siguientes, también continuamos con lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses. La toma se puede dar con biberón, con vasito, jeringa… depende del bebé, pero si no le gusta la tetina hay otras opciones.
  • Si el bebé tiene más de 17 semanas y no se pueden realizar los supuestos anteriores, se puede valorar la introducción de la alimentación complementaria en las tomas que no esté su madre y mantener la lactancia materna sin restricciones el resto del día y la noche. Pero si el bebé tiene menos edad (menos de 4-5 meses) habrá que darle lfórmula de inicio.

Este último punto nos habla de adelantar la alimentación complementaria en estos niños, pero también nos informa de que tenemos que observar si nuestro bebé está preparado para dar este paso. Debería cumplir los siguientes hitos del desarrollo:

  1. Presenta interés por la comida (cuando los papás comes se le ve interesado, con ganas de que le den algo, alarga los brazos…).
  2. Se mantiene sentado con apoyo.
  3. Coge objetos con la mano y se los lleva a la boca.
  4. Si le intentamos meter una cuchara no saca la lengua (desaparición del reflejo de extrusión).

La alimentación complementaria se inicia a los 6 meses porque es cuando el bebé adquiere estas destrezas aproximadamente. Pero en estos casos seleccionados podríamos comenzar con otros alimentos antes.

¿Y qué pasa si un bebé más grande no ha adquirido las destrezas comentadas? Pues si la mamá está en casa y dispone de todo el tiempo para estar con el bebé, se podría esperar un poco, pero no retrasar la introducción de alimentos más allá del inicio del séptimo mes.

En cuanto a qué alimentos dar primero, no hay mejores ni peores, ni hay evidencia de que retrasar la introducción de alimentos alergénicos prevenga de una futura alergia. Por lo que a partir del sexto mes cada familia tiene que ir adaptando los menús para una alimentación variada de sus hijos, eligiendo comidas sanas, sin sal, azúcar ni edulcorantes, para que el bebé se acostumbre a los sabores naturales y a las texturas de forma progresiva.

En cuanto a los cereales, idealmente hay que comenzar a darlos a los 6 meses, procurando introducir el glúten (trigo, cebada, centeno, espelta…) de forma progresiva, con cantidades pequeñas al inicio. Las papillas de cereales infantiles no son necesarias y, muy importante, no está demostrado que disminuyan los despertares nocturnos.

Tenéis que tener en cuenta para no volveros locos que cada Pediatra, enfermero de Pediatría, abuela, tía, vecina… considera adecuada una forma de introducir alimentos (más si tuvieron los hijos hace 20-30 años que se introducía la alimentación a los 3-4 meses, la lactancia materna tenía horarios…). Así que lo mejor es que hagáis caso a vuestro Pediatra/Enfermero y lo adaptéis a las necesidades de vuestra familia.

Y tener en cuenta que la leche materna es el alimento principal en el primer año de vida, que debe ser a demanda y frecuente, sin sustituir tomas por otros alimentos.

En resumen: la alimentación complementaria debe ser progresiva, sin agobios. Hay que ofrecer distintos alimentos sanos y nutritivos, respetando las señales de hambre y saciedad. Intentar que el momento de la comida sea tranquilo y que pueda disfrutarlo toda la familia, experimentando con los sabores y texturas, sin gritos o cucharadas a la fuerza. No es importante que coman en cantidad, sino que coman variado y sano. Y hay que introducir sólidos lo antes posible (antes de los 9 meses) siempre vigilando al niño, para conseguir que al año puedan unirse al resto de la familia en la comida diaria.

alimentación complementaria

El documento completo lo podéis consultar en el siguiente enlace:

Pediatribu

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1 comentario en “Alimentación complementaria en el lactante amamantado”

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