La alergia al huevo es la alergia alimentaria más frecuente en nuestro país en niños pequeños. Se suele diagnosticar entre los 6 y los 12 meses de vida, coincidiendo con la su introducción en la alimentación complementaria. Se puede ser alérgico a la yema (raro), a la clara (lo más frecuente) o a ambas partes del huevo (lo segundo en frecuencia).
¿Cómo podemos saber si nuestro hijos es alérgico al huevo?
Los síntomas aparecerán tras la ingesta de huevo. No tiene por qué ser la primera vez que lo toma. Incluso un niño puede tolerar el huevo de una forma o en una cantidad determinada pero no de otra. Es decir, puede ser que un niño pueda tomarse unas magdalenas que contengan huevo sin problema, o incluso el huevo cocido, pero no lo tolere en tortilla.
Tras esa ingesta, lo más habitual es que aparezca la clínica entre unos segundos y dos horas después (habitualmente en los primeros 30 minutos). Es lo que llamamos alergia IgE mediada. Podríamos observar en el niño lesiones en la piel, como eritema perioral, urticaria facial o generalizada, tos, sibilantes, rinitis, conjuntivitis, diarrea, vómitos, nauseas… No todos los síntomas, sino alguno o algunos de ellos. La anafilaxia se caracteriza por la asociación de síntomas que afectan simultáneamente a varios órganos y es una reacción alérgica grave que requiere atención médica de forma urgente. Pero lo más frecuente es que aparezca clínica cutánea (lo más frecuente) u otra, sin presentar un cuadro de gravedad.
En raras ocasiones podría ocurrir una alergia no IgE mediada , que daría clínica dos horas después de la ingesta del alimento, con vómitos, nauseas, palidez, decaimiento, hipotensión… Aunque lo más frecuente es lo anterior, pero por si acaso os lo comento.
Si aparece un cuadro como lo comentado anteriormente, debemos acudir a nuestro pediatra y contarle lo sucedido. Probablemente se retirará de la dieta la forma de huevo que no haya tolerado, y se realizarán las pruebas pertinentes para la confirmación del diagnóstico.
Sí, es posible ser alérgico al huevo y poder tomarlo en alguna de sus formas. Y, en la mayoría de los casos, en los cinco primeros años de vida, se adquiere tolerancia de manera natural. Así que tranquilidad.
¿Cómo introducimos el huevo en la alimentación complementaria?
Antiguamente se esperaba a los 10-11 meses, por miedo o pensando que se podría prevenir la alergia si se introducía más tarde. Actualmente se recomienda su introducción a partir de los 6 meses, ya que no está demostrado que se prevenga nada esperando más tiempo.
Antes se decía que había que ofrecer primero la yema de huevo bien cocida, después la clara igualmente, y por último el huevo cocido completo, lo que podía llevarnos varias semanas seguir este protocolo tan complejo.
Día 1: 1/4 de yema
Día 2: 1/2 yema
Día 3: 3/4 de yema
Día 4: Yema completa
Día 5: 1/4 de clara
Día 6: 1/2 clara
Día 7: 3/4 de clara
Día 8: Clara completa
Día 9: Huevo completo
Día 10: Tortilla francesa muy cuajada
Además, ¿Quién nos asegura que a nuestro hijo le apetezca comerse hoy un cuarto o dos cuartos de yema o clara? ¿Cómo calculas cuanto ha comido?
Actualmente esta pauta ha quedado obsoleta. Incluso desde la Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergología Pediátrica (SEICAP) se nos dice que es bastante complejo separar por completo la clara de la yema, por lo que no se puede asegurar que no estemos tomando alguna proteína de una de las partes cuando ingerimos la otra. Y, además, si has tenido una reacción al tomar huevo, te harán las pruebas para ver que proteína es la que te da alergia sin tener en cuenta que parte del mismo has tomado. Así que no es necesario complicarse la vida tanto, cuando lo ofrezcamos a nuestros pequeños.
Lo que sí nos aconsejan es que las primeras veces lo demos bien hecho, y poco a poco vayamos variando su presentación en las comidas. No es necesario separar la yema de la clara, aunque lo puedes hacer así si te sientes más seguro al dárselo. Lo que más importante me parece es ofrecer pequeñas cantidades al principio e ir aumentando la cantidad progresivamente, que esté bien hecho y no hacerlo coincidir con la introducción de otros nuevos alimentos.
Y poco más que decir. Mucho ánimo con la alimentación complementaria.
Paciencia, besos y muchos mimos.
La verdad es que el tema alergias es un rollo. Yo me alegro de que de momento no tengan ninguna. Mi marido sí tiene algunas, y ahora intolerancia a la fructosa, y siempre es un rollo tener que estar mirando etiquetados.
La verdad es que sí. Mejor no tener ninguna🤦🏻♀️. Además los etiquetados me parecen difíciles de leer y ponen mil nombres distintos para la misma cosa. Eso no es ponérselo fácil a la población, y menos a las personas alérgicas. Gracias por tu comentario! Un saludo!