Prevención de accidentes: cosa de adultos

Esta entrada me apetece hacerla tras presenciar una escena que me dejó petrificada en el parking de un supermercado. La prevención de los accidentes no es cosa de niños. Son la primera causa de muerte en toda la etapa infantil, y somos los adultos los que debemos velar por su seguridad.

Os pongo en contexto:

Una niña que no sé si llegaría a los 3 años estaba en el parking del supermercado con un adulto y va caminando a su lado hacia la puerta del establecimiento y aún quedaban unos metros para cruzar la calle del recinto cerrado (por donde van los coches buscando aparcamiento o saliendo de él). De repente la niña ve salir a su madre del local, se emociona, echa a correr con los brazos abiertos gritando «mamaaaaá». El adulto que iba con ella no sale detrás, ni le coge la mano antes de que se ponga a correr, solo le grita «para», «para», «para».

Pero la niña no escucha estas palabras y sigue entusiasmada hasta llegar a abrazar a su madre, haciendo que un coche que pasaba frenara bruscamente cuando vio cruzar a la niña por la carretera sin paso de peatones ni nada. El adulto en cuestión desde el otro lado le dice a la madre: «¡¡dale un clujío y dile que eso no se hace!!! (traducción: clujío en mi pueblo es darle en el culo).

Pues bien, menos mal que no pasó nada y la niña llegó a buen puerto, el coche pudo frenar y todos fuimos felices y respiramos aliviados. Pero, ¿de verdad la niña merece un castigo por ese comportamiento?

Los niños no son adultos en miniatura. No responden a las acciones como lo hacemos los mayores. No sienten el peligro como lo sentimos nosotros. Pero no por ello merecen ser tratados como si fueran inferiores. Tenemos que adaptarnos a sus capacidades en cada momento y respetar sus limitaciones. Son seres puros y emocionales. Por hacer distintas acciones no son buenos o malos. Son niños.

Querido adulto que acompañaba a la niña. ¿No sería mejor que hubiese ido de su mano, o hubiera corrido a cogerla cuando la niña se emocionó? Porque a mí me parece que es lo más normal del mundo que esa criatura quisiera ir a los brazos de su madre, a abrazarla. No sé si llevaba 3 horas sin verla o 10 minutos, pero los niños no tienen la misma noción del tiempo que los adultos (5 minutos para ellos pueden parecerle horas y a la inversa) y esa reacción de entusiasmo al ver a su madre es sana y maravillosa.

En lugar de gritar que pare sin correr tras ella, si hubiera ido de su mano podríamos ir acompañándola en su emoción. Cogerla con fuerza y decirle: «mamá está ahí, enseguida llegamos a su lado, no te preocupes», por ejemplo. Y cuando hubiera estado tranquila explicarle que no la hemos dejado correr porque es peligroso, porque pasan coches y tenemos que asegurarnos de que está a salvo. Los niños cuando están excitados no escuchan, no atienden a razones. Una niña tan pequeña sólo estaba mirando a su madre y deseando llegar a su lado, no escuchaba indicaciones ni veía lo que estaba pasando a su alrededor.

¿Cree usted que la niña entendió a que venía ese palo en el culo y la regañina posterior? La niña probablemente no se enteró de nada. Poniéndome en su lugar pensaría que me han reñido por haber ido a abrazar a mi madre.

Muchas veces volcamos nuestras frustraciones en ellos cuando en realidad no tienen la culpa de la ansiedad que hemos sentido. Nuestra culpabilidad de haber cometido el error de no agarrarla la dejamos caer en ella para sentirnos mejor.

¿Si hubiera pasado algo, también hubiésemos castigado a esa niña? ¿Quién hubiera sido el culpable de la situación?

Los accidentes van a seguir pasando porque no podemos controlar todo a todas horas (accidente=suceso imprevisto, no podemos ser dioses), pero está en nuestra mano hacer del mundo un lugar más seguro para nuestros pequeños e intentar minimizar el riesgo y las consecuencias de los mismos.

La seguridad es cosa de los adultos.

Hasta el año de vida nuestros hijos precisan de supervisión contínua. Tenemos que prevenir caídas y traumatismos, comprar juguetes seguros, adaptados a su edad, conocer maniobras a realizar en caso de atragantamiento, maniobras de reanimación cardiopulmonar básica, almacenar las cosas peligrosas fuera de su alcance, no dejarlos solos en el baño, hacer una vivienda segura (puertas, ventanas, escaleras, mobiliario…), usar sillas de automóvil homologadas y a contramarcha…

Todas estas precauciones hay que amplificarlas a partir del año, ya que los pequeños empiezan a deambular solos, a descubrir el mundo, e ignoran los peligros que les rodean. Debemos comenzar a enseñarles educación vial, llevar cuidado con piscinas y playas (siempre bajo supervisión)…

La importancia del a contra marcha…

Es sencillo. En un choque fronto-lateral (los más frecuentes) si vamos mirando hacia delante nos sujeta el arnés y salímos proyectados hacia delante. Si vamos al revés, salimos proyectados hacia la silla y se evita la tensión cervical (latigazo cervical), en la columna y órganos internos.

Hay sistemas de retención infantil que nos permiten llevarlos a contra marcha hasta los 4 años y, aunque obligatorio es en el sistema 0 y 0+, lo más aconsejable es llevarlos a contramarcha hasta que se pueda.

Por último no me canso de repetir que la prevención de accidentes no es cosa de niños. A pesar de todos nuestras precauciones se caerán, pero tenemos que estar a su lado para levantarles e intentar no ser nosotros los que precipitemos las situaciones de peligro.

Los niños no son seres inferiores, no se merecen que se les de un azote porque yo no le he dado la mano, igual que no lo harías hacia otro adulto. Intenta hablar con tu hijo cuando él esté receptivo a escucharte y explícale los peligros, pero el adulto es el que debe darle la seguridad de poder abrirse al mundo.

Besos, abrazos y muchos mimos.

prevención accidentes

Pediatribu

Entradas relacionadas:

Enlaces externos:

¡No te pierdas nada!

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

1 comentario en “Prevención de accidentes: cosa de adultos”

  1. Pingback: ¡Precaución! Golpes de calor. – Pediatribu

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio